En 2023, la esperanza de vida de Argentina fue de 77,3 años, una cifra mayor a la media mundial (73,3 años) y regional (75,6), pero inferior a la de los países de altos ingresos (80,1 años).
Vivimos más que antes, mucho más. En todas las regiones del mundo los años de vida se incrementaron y todo indica que seguirán incrementándose. A nivel global, entre 1900 y 2023, las personas pasaron de vivir 32 años a vivir 73. Hay muchas razones por las que aumenta la esperanza de vida: la reducción de la mortalidad infantil es una de ellas pero no es la única. Los avances en la medicina, la ampliación de la cobertura de salud pública y la vida en espacios con mejor calidad del agua han sido algunos de los factores que provocaron que la esperanza de vida aumente para todas las edades.
Sin embargo, este fenómeno no se ha dado en todos lados por igual. Esto explica por qué todavía hay países en donde la esperanza de vida no llega a los 60 años, mientras que en otros supera los 80. ¿Cómo es la esperanza de vida en el mundo? ¿Cómo está ubicada Argentina? ¿Cómo llegamos hasta acá? ¿Cuál es el recorrido de la Argentina en relación a otros países?
En 2023, la esperanza de vida de Argentina fue de 77,3 años, una cifra mayor a la media mundial (73,3 años) y regional (75,6), pero inferior a la de los países de altos ingresos (80,1 años). A nivel global, la Argentina ocupa el puesto 79 entre 217 países y territorios. En América Latina y el Caribe, se ubica en el puesto 14 sobre 42, por detrás de países como Chile, Costa Rica y Uruguay, y por encima de Brasil, México, Paraguay y Bolivia.
En el mundo, los únicos tres países en donde la esperanza de vida supera los 85 años (Mónaco, San Marino y Hong Kong) comparten un común denominador: son todos pequeños en población y muy ricos. En contraste, los únicos seis países en donde no llega a los 60 años (Nigeria, Chad, Lesoto, República Centroafricana, Sudán del Sur y Somalia) son del África Subsahariana y son mucho más pobres que Argentina y los países latinoamericanos.
Entre 1870 y 2023, la esperanza de vida al nacer en Argentina más que se duplicó: pasó de 32 a 77 años. La reducción sostenida de la mortalidad infantil, la mayor disponibilidad de tratamientos contra enfermedades, la mayor cantidad de personal abocado a la salud (médicos y personal de enfermería per cápita) y el mayor acceso a la infraestructura médica (a partir de una mayor urbanización) son factores detrás de esta tendencia compartida a nivel global. Este fenómeno solo fue interrumpido transitoriamente por la pandemia de la covid-19, que marcó un retroceso en la esperanza de vida entre 2020 y 2022, recuperándose en 2023.
Para entender la evolución de la esperanza de vida, es importante recordar que se trata de una medida que resume las tasas de mortalidad de todas las edades en un año determinado. ¿Qué significa esto? Que se calcula imaginando un grupo de personas recién nacidas que, a lo largo de toda su vida, enfrenta exactamente las mismas tasas de muerte por edad que se registraron en ese país en ese año. No es una predicción del futuro, sino una foto del presente.
Por eso, la esperanza de vida está muy influida por todo lo que afecta a la mortalidad: el nivel de vida, la salud pública, los avances médicos, los hábitos de las personas y también eventos extraordinarios como guerras o pandemias.
Un ejemplo es lo que pasó durante la pandemia de la covid-19: como aumentaron las muertes, la esperanza de vida al nacer cayó en esos años. Sin embargo, eso no significa que quienes nacieron entre 2020 y 2022 vayan a vivir menos. Si las condiciones mejoran —producto, por ejemplo, de nuevos avances médicos y mejoras en el sistema de salud—, su expectativa real de vida probablemente será mayor.
En todo el mundo la esperanza de vida en las mujeres es mayor que en los varones. En Argentina, las mujeres viven en promedio 5 años más que los varones (80 años frente a 75). La razón por la cual la esperanza de vida es mayor en las mujeres que en los varones es que, en todas las edades, la tasa de mortalidad de las mujeres es menor que la de los varones. ¿Por qué pasa esto?
La brecha de género en la esperanza de vida comienza al nacer: los niños recién nacidos tienen tasas de mortalidad más altas que las niñas, ya que son más vulnerables a enfermedades y trastornos genéticos. Continúa en la juventud, cuando los jóvenes tienen una tasa de mortalidad más alta que las jóvenes, generalmente debido a la violencia y los accidentes. Y se mantiene en edades más avanzadas, debido a que los varones sufren más que las mujeres ciertas enfermedades crónicas, lo que se debe en parte a las mayores tasas de consumo de tabaco, alcohol y drogas.
Sin embargo, la brecha entre varones y mujeres es variable: cambia en función de las épocas y de los países. Por ejemplo, a principios del siglo XX en Argentina la brecha era de apenas un año: las mujeres vivían 41 años en promedio, mientras que los varones vivían 40. Para 1975, la brecha había aumentado a más de 7 años, cuando los varones vivían 64 años y las mujeres 71. Esa brecha se mantuvo hasta principios del siglo XXI, y desde entonces baja paulatinamente: hoy la brecha es de 5 años. Esto no es algo exclusivo de Argentina, sino que se viene dando en los países desarrollados. ¿A qué se debe esto?
Hasta 1970, la brecha fue en aumento porque los avances sanitarios y los cambios en hábitos no impactaron por igual en ambos sexos.
Podríamos pensarlo como una carrera de obstáculos: una vez superado el primero (la mortalidad infantil), los varones se topan con muchos más obstáculos que las mujeres en los distintos rangos de edad (violencia y accidentes en la juventud, enfermedades crónicas en la vejez).
En la carrera de obstáculos las diferencias se venían acumulando siempre en contra de los varones. Sin embargo, la reducción de la brecha en las últimas décadas muestra que algunos de esos obstáculos (como el tabaquismo o los homicidios) fueron menguando y, ya que afectaban más a los varones que a las mujeres, los varones recuperaron terreno más rápidamente.
El aumento de la esperanza de vida lejos está de ser un fenómeno local. Pasó en gran parte del mundo. Y a un ritmo todavía más veloz que en Argentina.
Como se mencionó, entre 1870 y 2023 la esperanza de vida pasó de 32 años a 77 en Argentina, es decir, subió 45 años. Pero hubo muchos países que la incrementaron más rápidamente, y pasaron a Argentina. Algunos ejemplos son Chile que aumentó 60 años (pasó de 25 a 81), España que aumentó 54 (de 30 a 84), China que aumentó 53 (de 25 a 78) o Corea del Sur que aumentó 59 (de 25 a 84).
CREDITO: PAGINA 12
(*) Curador de Argendata-Fundar