¿Y si probamos como con el fútbol? En una de esas… Por Oscar Arnau

19-12-2022 Opinion

Aclaro que estas palabras las escribo a escasa hora de recorrer las cuadras y cuadras de hinchas gritando, vivando, cantando, abrazando por el Campeonato Mundial logrado por la Argentina liderada por Lionel Messi.

Lógicamente que, hablando de recuerdos, dejo al margen la copa de 1978 ya que en plena adolescencia no tenía un real calibre de lo que significaba ser campeón mundial de fútbol. Por supuesto que al paso del tiempo y con la ayuda de la tecnología, uno comienza a reconocer al “gran capitán” Daniel Pasarella, al “matador” Mario Kempes, al “Negro” Gallegos, a Luque, a Tarantini, al “Pato” Fillol, pero siempre con el prisma del tiempo.

En 1986 fue distinto. Un Maradona totalmente “extraterrestre” con la mano de Dios y la apilada memorable a los ingleses, fueron quizás preparando el camino para una final con Alemania que se palpitaba cercana y posible. En aquellos momentos la atención, la pasión y el corazón del hincha afloraron y explotaron.

Y llegó el 2022, luego de muchos fracasos y desesperanzas, a pesar de un señor como Sabella y de un advenedizo como Sampaoli.

Y empezamos a ver a esa selección con nombres nuevos, con algunos consagrados, con Técnico que había formado parte del equipo en Rusia, pero comenzaba a enamorar con su manera de comunicar, de conducir, y por sobre de jugar.

He escuchado muchas reflexiones sobre este momento histórico, pero me sumo a una que escuché por uno de esos “recorridos” por radios y canales: ES UNA SELECCIÓN QUE UNIO A VARIAS GENERACIONES, LOS ABUELOS CON LOS NIETOS, PADRES E HIJOS, salieron a la calle, unos pensando en Pasarella y Maradona y los de “ahora” pensando en Messi, De Paul o el “Dibu” Martínez.

¿Qué misterioso “secreto” tendrá el fútbol que además une absolutamente a todos? Hoy en cada rincón del país todos sin distinción “de bolsillo”, “de profesión” o si mejor quiere decirlo “de status” salieron, gritaron, se abrazaron y “se unieron” en muchos abrazos enrojeciendo sus gargantas con un solo grito “ARGENTINA, ARGENTINA”.

Hoy la vida sigue, pero sin dudas, una sonrisa va a predisponer distinto, a pesar de que no haya “asueto”, esa sonrisa que seguramente encierra una esperanza para mañana, la semana que viene o para el año que en días comienza en su edición 2023.

¿Por qué no probamos algún día y reaccionamos como en el fútbol…? Y en una sola calle nos encolumnamos todos en el objetivo que como sociedad o como país deberíamos priorizar. ¿Por qué no probamos? Quizás a partir de allí no tendríamos que esperar 4 años para gritar ARGENTINA, ARGENTINA y convertiríamos día a día la sociedad que nos merecemos vivir, con PASION, CON INTELIGENCIA Y CON TRABAJO DIARIO.

 

 

 

Autor: Oscar Arnau