Soberano Día. Por Sebastián Denis

22-11-2018 Opinion

El 20 de noviembre hemos celebrado el  Día de la Soberanía Nacional.  Conmemorar es también recordar, reflexionar sobre la historia.  Los argentinos tenemos una corta pero riquísima historia y es indispensable  repensarnos desde los hechos pretéritos  para que nuestras conmemoraciones no resulten vacías de contenido.  El 20 de noviembre de 1845, el gobierno de Juan Manuel de Rosas defendió exitosamente la soberanía nacional frente un ataque directo anglo-francés (con intereses comerciales, para evitar regulaciones nacionales del comercio).  Rosas luego fue demonizado por la historia oficial, pero este episodio significó que el mismísimo General San Martín le legara su sable.   La ideología liberal les terminó abriendo las puertas al dominio extranjero, y esto es algo que ningún historiador discute.  Desde aquellos momentos, el debate nacional gira en torno a liberación o dependencia. Vivir con lo nuestro o volver al mundo. Desendeudamiento o el imperio de los mercados.

 

En términos políticos es muy triste ver actos públicos donde se repiten consignas vacías de contenido, mientras se practica lo contrario a lo que se valora en los discursos.  Debería existir  el respeto de no enaltecer aquellos hechos históricos fundantes de la patria, mientras en los hechos se los pisotea, porque es doblemente insultante para quienes sí lo sienten, para quienes dejaron su sangre allí, y también para quienes están dispuestos a jugársela por esa causa.  En este caso, hablamos nada menos que de la soberanía nacional.

 

Soberanía es la capacidad que tiene un país para tomar sus propias decisiones. Lo último que un estado debe entregar para conservar su condición de país, es la soberanía.   Desde que invadir países, masacrar y sojuzgar sus habitantes comenzó a tener mala prensa, el instrumento principal de dominación económica, ideológica y política (quizás el más efectivo) es uno que los argentinos conocemos de memoria, se llama DEUDA. El endeudamiento, y principalmente el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, es ceder autonomía de forma escandalosa, un atentado a la memoria de cada argentino que dejó su vida en un campo de batalla para que nuestro país pueda tomar sus decisiones SIN PEDIR PERMISO A NADIE.

 

Para muestra sobra un botón, los titulares de hoy rezan que el Banco Central va a emitir dinero, pero rápidamente aclarando que fue autorizado por el Fondo Monetario Internacional.  ¿No da vergüenza ajena?   Diariamente vemos como el estado argentino se arrastra y pide permiso a un organismo internacional para tomar decisiones de política económica interna.  Costó  muchísimo poder recuperar nuestra autonomía en materia de decisiones económicas, pero volvimos a ser vendidos en dos años y pico.  Si les parece bien esto, están en su derecho de pensar distinto, ahora, por favor, por respeto, no hablen de soberanía.

 

Por Sebastián Denis

Autor: Oscar Arnau