«A raíz de mi vuelta al trabajo que desempeñé toda mi vida, que no es otro que estar en el aula, y al haber restablecido contacto con muchísimos compañeros/as docentes he recibido tantísimas consultas en relación a la decisión que tomó nuestro gremio docente de declarar tres días de paro y el no inicio del ciclo lectivo en las fechas tal cual lo dispuso el gobierno. En primer lugar, reitero algo que siempre dije. Mi identidad es la de trabajadora; trabajo desde los 13 años. Hoy tengo más de 30 años frente al aula. Pero también soy una militante activa del peronismo. ¿Y por qué hago esta aclaración? Porque en ese contexto el sentimiento y las valoraciones se cruzan, entran en conflicto, tensionan al extremo mis reflexiones. Pero tal cual he hecho siempre, asumiendo los costos, tomo una posición».
«Estos días conversé con muchos docentes y también con varios dirigentes gremiales docentes. Son muchas las incertidumbres y las angustias que atraviesan el mundo de las y los trabajadores de la educación. Ellos, como todos los trabajadores argentinos, han sido víctimas del ataque impiadoso de los últimos cuatro años de políticas neoliberales. Depreciación del salario, tarifazos, pérdidas de conquistas, desvalorización del oficio. Y estos trabajadores, como tantos otros, estuvieron en la calle protestando y resistiendo organizadamente ante cada avance que realizó el gobierno neoliberal los últimos cuatro años. Puedo dar fe de eso porque hemos estado luchando juntos, en algunas marchas en Concordia, en Capital Federal y algunas volanteadas en la Ruta 14 apoyando al gremio de los camioneros.
Y aquí quiero dejar mi primera definición. Siento vergüenza como peronista al ataque que algunas/os legisladores y funcionarios han hecho a la decisión que ha tomado el gremio, haciendo uso del legítimo derecho a huelga. Porque de esto también puedo dar fe: mientras los trabajadores docentes estaban en la calle luchando los que hoy salieron presurosos a descalificarlos no sólo no luchaban sino que, en algunos casos, avalaban y, en otros, compartían sonrientes el palco con quienes diseñaban políticas de ajuste.
Una segunda definición que quiero dejar sobre este conflicto es algo que ya mencioné hace algunos días en otra nota. Nosotros -los peronistas (y este gobierno provincial lo es)- no podemos postular que no hay que hacer política. Reitero: nosotros no podemos renunciar a la política. Nosotros no podemos no dialogar. En el diálogo, en la negociación, nos podrá ir bien mal regular pero eso es lo que permite despejar dudas, aclarar el horizonte, saber qué piensa el otro y escuchar sus aportes. Cerquita está el ejemplo del gobernador de la provincia de Buenos Aires. Alguien dirá «es otra realidad», otros dirán «hay otros recursos». Puede ser, todo puede ser. Pero los tiempos en política son muy importantes, tan importantes como los gestos, tan importantes como el diálogo, como la valoración del otro.
Como trabajadora y como militante peronista deseo que prontamente nuestro gobernador -que estoy convencida valora y apuesta a la educación- tome las medidas necesarias para que en esta provincia peronista no haya chicos sin clase, docentes en conflicto ni funcionarios o legisladores que ofendan o descalifiquen a quienes luchan por sus justos derechos».
Por Julia Sáenz – Docente de la ciudad de Concordia
