Reflexiones y respuestas Por Ernesto Vilches Izquierdo

21-05-2020 Opinion

¿Por qué nuestros ricos no quieren aportar? de Gustavo García Zanotti en el diario digital Tal Cual Chajarí.
Al tratarse de un artículo de opinión creo justo poder expresar la mía, agradeciendo al autor, por haber generado la motivación para reflexionar al respecto. Se trata de una perspectiva diferente en este amplio mundo de las opiniones que avanzan a la velocidad de un clic por las redes y llega al infinito de nuestros pensamientos.
La pregunta que origina el artículo nace viciada pues no se trata de un aporte, se trata de otro zarpazo al dinero ajeno. Aportar (tr) según la RAE significa: contribuir, añadir, dar, es evidente que la palabra impuesto liquida cualquier acto volitivo en cuestión. Luego continúan dos preguntas que traslucen la intención de una respuesta muy tendenciosa, para ser gentil en el calificativo. ¿Los ricos argentinos cuentan su riqueza por mérito propio? ¿Es útil esa riqueza para el desarrollo de nuestra economía?
Los argumentos sostenidos a continuación son una verdadera oda a las falacias: la oposición al impuesto a las fortunas viene a decirnos que los ricos son “merecedores” de tal riqueza, en tanto el Estado realizará políticas populistas para repartir dicha recaudación hacia aquellos que “no lo merecen”.
En primer lugar, creo que toda generalización tiende a la injusticia, así que decir “los ricos” y arrancar como si se tratase de una organización sindical bajo la cual todos ellos se nuclean, es bastante arriesgado. Cuestión aparte, el hecho de que “merezcan” sus riquezas no quiere decir que los que no son ricos no merezcan ingresos – ahí radica la falacia – y establece, por lo tanto, un perjuicio para cualquier análisis posterior, donde los ricos son los malos y los pobres o menos ricos son los buenos. Se trata de una retórica muy trillada del discurso de los populistas que adoran la redistribución de lo ajeno. Alude a la nefasta idea de que la riqueza lleva implícito la inmoralidad, así como ser pobre es el más altruista de los destinos. Este tipo de ideas contribuye a la construcción de un enemigo interno que no existe, satanizar a la franja que concentra la riqueza no tributa en modo alguno a la erradicación del verdadero problema que es la pobreza.
¿Será que apostamos a un país más igualitario y profundamente pobre? Esa sería una terrible apuesta, pues cuando se barren las bases productivas de una nación y se fortalecen por mecanismos aberrantes la redistribución de los recursos existe un solo camino: caída de la producción, disminución de las inversiones, cierre de puestos de trabajo con la consecuente disminución del poder adquisitivo de un salario que cada vez tiene más ceros y menos respaldo. Pero ahí no termina el asunto, cuando las sociedades giran hacia una redistribución autoritaria de los ingresos, donde se premia la apatía y la picardía para apoderarse de “beneficios” otorgados por el Estado (los que pagan impuestos, incluidos los ricos) se desvirtúa la dignidad del trabajo, se mutila el emprendimiento y la competitividad y comienza a vislumbrarse en la mentalidad del argentino honesto – sea rico o pobre – el abandono de su nación.
El 70 % de las personas ricas tienen sus activos fuera del país porque la historia ha demostrado la pobre o nula credibilidad de las instituciones financieras argentinas, que no han logrado, a diferencia de la mayoría de los países de América Latina, establecer un marco de regulación mínimo que no sea arrasado cada vez que cambian los vientos políticos. En Argentina cambian hasta las figuras en los billetes en cuestión de cuatro años, sin ningún criterio sensato que respalde semejante determinación. De aquí la llamada propensión a la fuga de capitales, que no la establecen los ricos, sino la ineficiencia del mega estado argentino para mantener la riqueza dentro del país de manera creativa y en función del crecimiento, evidencia de ello es que acudan a medidas cada vez más voraces para impedir lo que por razones lógicas ocurre.

Evolución de los depósitos del sector privado en dólares 1
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El gráfico anteriormente expuesto es evidencia tangible del tema en cuestión, durante el 2019, hasta el mes de agosto, se apreciaba un incremento sostenido y paulatino de los depósitos del sector privado en dólares dentro del sistema bancario nacional, nótese en rojo lo sucedido después de las PASO ante la inminencia de un retorno a las tendencias de redistribución populistas de la década anterior. Es una gráfica, una representación matemática de números y sobre todo la mayor muestra de desconfianza del sector productivo de la nación.
Cuando se aborda la “procedencia” de la riqueza de los ricos resume: “Estamos hablando de fenómenos tales como la bicicleta financiera, la estatización de la deuda privada, la privatización de empresas públicas, los regímenes especiales y las quitas impositivas a las fortunas, etc.” Ante este argumento, falaz desde su raíz y con tendencia a la absurda generalización, vuelvo sobre los mismo: ¿de quién es la responsabilidad? Al final creo que me está convenciendo de que el Estado es quien ha forjado a los ricos argentinos a su imagen y semejanza.
Finalmente avanza sobre el blanqueamiento de capitales de la gestión de Cambiemos (2016), apunta un determinado número de elementos negativos y controversiales que sin dudas caracterizaron este proceso, sin otorgar ningún valor al hecho de que se trató de la declaración de fondos “en negro” más importante del mundo, con un estimado de US$110.000 millones declarado2 , comparado con los US$4.700 millones captados en 2009 y la ridícula cifra de US$2.600 millones del período 2013-2015, de la gestión anterior (Cristina Kirchner). Si se van a poner en tela de juicio todas las variables ¿porqué excluir las positivas? ¿acaso era preferible no recaudar ni un centavo en un país que lleva décadas favoreciendo – por acción u omisión – precisamente la fuga de capitales? Nuevamente el argumento peca de tendencioso.
Sin entrar en materia económica, los resultados catastróficos de la economía argentina en los últimos 20 años evidencian que el problema no pasa por los impuestos, de hecho, el problema radica en los impuestos. Si observamos al cierre de 2019 el gasto público consolidado superó el 42% del PIB, en tanto exhibe el espantoso indicador de segundo lugar en el ranking de carga tributaria formal sobre las empresas absorbiendo (el Estado) el 51,5% de todo el resultado comercial.3
Un análisis realizado sobre Chile, sobre las causas del decrecimiento económico experimentado entre el período de 2013 (5,3%) y 2014 – 2017 (1,7%) apunta:
En el proceso de financiar un creciente gasto público, especialmente cuando no se realiza en un contexto de creación de riqueza a través del crecimiento que aporte mayores recursos para el Estado, surge claramente una tensión ya que se requiere reasignar recursos desde el sector privado hacia el público por medio del uso de impuestos. Estos, generalmente distorsionadores, producen lamentablemente menos incentivos a trabajar, a acumular capital y generar ingresos, con el consecuente impacto negativo en el crecimiento, la inversión y en el empleo.4
Creo innecesario continuar argumentando una realidad que quiere ser disimulada con discursos populistas de conocido sustrato. El problema no son los impuestos, el problema es más profundo, se trata de trasformar la cultura y la educación hacia el fortalecimiento del individuo contribuyendo creativamente con la sociedad sin sacrificar su libertad individual, sin pagar cuotas de dignidad para que el Estado todopoderoso lo sostenga. El problema radica en tener políticas públicas que se encaminen a la reducción y extinción de la pobreza mediante el empoderamiento del ser humano, no mediante la sumisión y el clientelismo político.
El verdadero problema radica en que muchos de los abanderados de la revolución nacional y popular han multiplicado por diez su patrimonio sin generar, por sí mismos, un solo puesto de trabajo, sin trasformar la vida de una sola persona con sus propios recursos y hoy exigen un impuesto a la riqueza sin que el pueblo sepa, en realidad, donde está toda la vergüenza que se han robado de esta gran Nación.
1. https://www.infobae.com/economia/2020/01/05/la-salida-de-capitales-alcanzo-un-record-de-usd-322000-millones-y-supero-a-la-deuda-publica/
2. https://www.bbc.com/mundo/noticias-39437795
3. https://www.cronista.com/columnistas/Crecimiento-e-impuestos-en-Argentina-pareja-incompatible-20191226-0041.html
4. https://lyd.org/wp-content/uploads/2018/09/TP-1367-IMPUESTOS-Y-CRECIMIENTO.pdf

Ernesto Vilches Izquierdo – Medico, especialista en Medicina Interna
Editor revista www.renovacioncultural.com

Autor: Oscar Arnau