Las fuertes críticas de Carrió fueron este martes durante una entrevista para LN+, dode se explayó sobre varios temas e incluyó los pormenores de una disputa por candidaturas años atrás. La líder de la Coalición Cívica reveló que el entonces ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quiso incluir en una lista a “una amante” que era “testaferro de él” en una empresa del Estado.

“Antes la caja de Aysa era Frigerio”, disparó Carrió y sin frenos ni disculpas aclaró que, en su opinión, quienes integran la coalición opositora deben hablar de esos temas “porque hay mucha gente, algunas personas clave de Juntos por el Cambio, que hacen negocios”.

(Frigerio) me puso un amante en una lista y dije: ‘Me bajo de la lista de Capital si no me la sacan, estaba incluso como su testaferro’. La hija estaba con problemas de abuso”, denunció Carrió.

Inmediatamente Patricia Bullrich y Horacio RodríguezLarretasalieron al cruce. La exministra de Seguridad dijo en su cuenta de Twitter que no se pueden permitir las declaraciones de la líder de la Coalición Cívica. En tanto, el jefe de Gobierno porteño consideró lo sucedido como un «espectáculo degradante», aseguró que “este no es el camino» y pidió por la unidad de Juntos por el Cambio.

Joanna Picetti, «la testaferro»

«Me dicen que usted no es diputada, ¿se puede retirar?», le dijo el 1º de marzo de 2019 la entonces vicepresidenta, Gabriela Michetti a Joanna Picetti, a quien Carrió se refirió como la “testaferro” de Juntos por el Cambio.

La figura de Picetti salió con fuerza a la luz durante la última Asamblea Legislativa de Mauricio Macri como Presidente. Allí irrumpió en el recinto de la Cámara de Diputados, pese al estricto operativo de seguridad y debió ser desalojada por no ser legisladora.

Picetti, quien integró el octavo lugar en la lista de Cambiemos para diputados nacionales por Capital Federal en 2017, finalmente no asumió como diputada por una decisión de Juntos por el Cambio, ya que la mujer estaba involucrada en un escándalo por un supuesto maltrato a sus hijos, con denuncias ante la Justicia por el presunto abuso.

La apuntada era funcionaria de AySA y respondía al ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Incluso en ese entonces, en pleno armado de listas, trascendió la noticia de que fue la propia Elisa Carrió quien presionó para que la bajaran de la lista.

La denuncia del exmarido

El argumento era que su exmarido, David Bilbulich, la había denunciado por presunto maltrato a sus hijos y finalmente la apartaron tras un fallo de la jueza María Servini de Cubría.

Picetti apeló ante la Cámara Nacional Electoral e incluso quiso jurar su cargo el 10 de diciembre de 2017, dado que ocho diputados ingresaron por el oficialismo en la ciudad de Buenos Aires.

«Mis hijos en la actualidad durante la semana están encerrados en el fondo, durmiendo con colchones en el piso. Es un galpón chiquito, donde la madre de ella era costurera y donde a mis hijos decían que de noche y de día les hacían fotos desnudos”, había asegurado Bibulich tras las denuncias a Picetti en dos fueros distintos.

De casi diputada a la «gobernanza espacial»

Lo cierto es que Picetti, que se define como una “diputada, elegida democráticamente”, pero a quien “el sistema de poder la alejó y le prohibió ejercer el cargo electoral”, no se alejó del todo de la política.

Según se desprende de sus redes sociales, la exfuncionaria, “rebelde e inmanejable”, actualmente se dedica a la “gobernanza geoespacial”. Según sus palabras, es “científica, política y hacker”, trabaja en “seguridad cibernética 007” y busca una “meta-civilización”.

Sobre lo ocurrido en 2019, aclara: “Cuando gané me empezaron a torturar y a obligar para que no tomara el cargo. Me pusieron en una batalla legal y judicial kafkiana y crearon casos judiciales para dañarme hasta el día de hoy. Ya saben, la política es tan dura y sucia”. Y, en otro tramo, añade: “Decidí alzar la voz y hablar en medio del parlamento argentino porque el presidente estaba mintiendo, no le estaba diciendo la verdad a la gente”.

Por su lado, en su sitio web explica que forma parte del Consejo Planetario: “Estoy personalmente involucrada en liderar la movilización global masiva y dar forma al futuro del planeta, la humanidad, la civilización, la cultura y la sociedad”.

En este marco se reconoce activista y defensora de los “Derechos Humanos, derechos de los niños, de las mujeres y todas las personas vulnerables y oprimidas: indígenas, negros, sudafricanos, refugiados, latinos, personas discriminadas por religión o etnia y LGTBQ”.

En este contexto, entre otras cosas, propuso crear un pasaporte NFT global basado en la tecnología crypto y una bomba de dinero ideológica. En este sentido, sugiere usar plataformas como Twitter, transformarla en una organización descentralizada y, junto a algún sistema de identificación al usuario, usarla para democratizar las votaciones en todo el mundo: “Estamos bifurcando Twitter para mostrarle a la humanidad que todos pueden agregar valor y convertir una plataforma centralizada en una plataforma abierta para poner el poder en los usuarios”.