Poca memoria: nosotros somos el desastre por Jorge Oscar Daneri

19-01-2017 Opinion

Por estas horas se viene diciendo mucho, poco bueno, mas simplificado. Renuncian funcionarios, la gente por miles pierde todo, en Entre Ríos y la Cuenca sur del Plata, y los representantes de las entidades sojeras, la mayoría reclaman que el Estado, es decir todos, nos hagamos cargo. Como aún una minoría, no perdemos la memoria histórica, es interesante y relevante, volver sobre lo escrito con la sabiduría de un académico con sensibilidad popular, me refiero al Ingeniero Juan de Dios Muñoz.

A los lectores interesados por las causas de las inundaciones, los preocupados, en particular algunos pocos legisladores serios y comprometidos por las necesidades de los pueblos y ecosistemas, los convocamos a revisar el siguiente texto:

“Considerando: Que la superficie con áreas boscosas y selvas ribereñas en Entre Ríos ha ido disminuyendo en forma alarmante en los últimos años, a niveles que comprometen los ecosistemas que en ello se instauran con los riesgos predecibles que suponen.

Que esos bosques y selvas bien conducidas contribuyen al bienestar socio‑económico de los habitantes de Entre Ríos, a la vez que proveen un ambiente sano y placentero, derecho garantizado por la Constitución Nacional.

Que con el ritmo actual de desmonte se terminará en breve con la escasa vegetación leñosa que aún subsiste, la que a su vez está diezmada y degradada en gran parte.

Que en Entre Ríos viven ochenta y cinco (85) especies de plantas exclusivas de esta provincia.

Que en Entre Ríos convergen cuatro corrientes florísticas que la hacen particularmente importante como asiento de diversidad florística y faunística y en ella viven dos mil (2000) especies de plantas y constituyen el veintiuno por ciento (21 por ciento) de la flora argentina.

Que los usos de la flora son innumerables y a su vez desconocidos por la mayoría de la gente, como por ejemplo que existen por lo menos quinientas (500) especies medicinales de alto valor en la provincia, para las más variadas dolencias y enfermedades.

Que gran número de especies registradas pocos años atrás ya no se encuentran, contribuyendo de esta manera a engrosar la tasa mundial de extinción de plantas y animales, estimada en setenta y cuatro (74) especies por día y veintisiete mil (27.000) por año.

Que esta tasa de extinción conducirá en poco tiempo a desertizar el mundo, incluyendo nuestra provincia.

Que el número de habitantes del planeta sigue creciendo y el agua potable escasea cada vez más, ya que los bosques y selvas regulan su ciclo, tanto del agua superficial como la subterránea.

Que los países desarrollados cuidan y estudian celosamente sus propias floras a la vez que se apropian de plantas para el estudio y patentamiento de medicamentos, patrocinan y solventan costosísimos bancos de semillas y germoplasma de todo el mundo, sabedores de la importancia de este proceder.

Que el árbol constituye el pilar de la moderna economía sustentable por los enormes beneficios que de él se derivan.

Que países antiguamente deforestadores hoy son ardientes defensores de sus bosques y los han declarado en gran parte intangibles.

Que la eliminación drástica de la flora nativa para realizar monocultivos constituye una práctica extremadamente perjudicial desde los puntos de vista fitosanitarios, sociales y económicos, puesto que producen daños catastróficos debido a la erosión del suelo, a la pérdida de fertilidad del mismo y a la contaminación con agroquímicos.

Que la tendencia actual de talar para realizar monocultivos es totalmente contraria a los principios de la naturaleza, la cual se basa en la diversidad para poder adaptarse tanto a cambios climáticos como a cuestiones sanitarias y patógenas.

Que gran parte de los desmontes que se realizan para efectuar agricultura son hechos en suelos marginales, en donde no existen suficientes antecedentes de producción sustentable de esos cultivos.

Que en Entre Ríos se hallan los pastizales más importantes del mundo, con numerosas especies que crecen a la sombra de los árboles.

Que los sistemas agrosilvopastoriles han dado resultados ampliamente satisfactorios en los montes de Entre Ríos y que es posible su expansión con miras a tener una verdadera producción sustentable.

Que la eliminación de especies, justificada por su bajo valor económico actual, es un tremendo y lamentable error pues especies que hoy ya no se encuentran, son buscadas insistentemente por su alto valor.

Que el mantenimiento de las masas boscosas conserva las napas freáticas y regula el ciclo de las crecientes moderándolas.

Que el régimen de las lluvias es mantenido por los bosques naturales.

Que el bosque que crece en las riberas de cursos de agua, llamado también bosque en galería, cumple una función primordial en la protección del suelo y evita la erosión de las costas.

Que las temperaturas extremas, tanto en verano como en invierno, son moderadas bajo la cobertura de los bosques.

Que la erosión y el escurrimiento son atenuados en gran medida por la cobertura boscosa, conservando los suelos.

Que como consecuencia de la tala de árboles nativos, el treinta y cinco por ciento (35 por ciento) de la superficie de Entre Ríos está erosionada en distintos grados y es una de las provincias más severamente afectada por este proceso.

Que la fauna nativa tiene su hábitat en el bosque y en su mayoría desaparece al eliminarlo.

Que las copas de los árboles nativos de Entre Ríos interceptan en su justa medida la luz solar, impiden el recalentamiento del suelo, conservan la humedad y aumentan el volumen y calidad del forraje.

Que bajo su sombra se incrementa la materia orgánica y elementos químicos tales como el nitrógeno y el fósforo.

Que los pastos bajo la influencia del bosque son siempre de mejor calidad, con mayor valor proteico y digestabilidad, a la vez que persisten aun en épocas de sequía.

Que la evapotranspiración bajo las copas de los árboles es menor que a pleno sol, lo que disminuye el efecto de las sequías y estimula el desarrollo forrajero.

Que el suelo bajo los árboles se enriquece por el aporte constante de hojas, ramas, cortezas, flores, frutos y otros materiales y que los nutrientes extraídos del subsuelo son reincorporados a la superficie.

Que la carne animal producida en base a pastos naturales es apropiada para la salud humana y carecen de algunos de los efectos negativos de la producida por animales criados a corral con raciones.

Que se hace necesaria la creación de una Comisión de Preservación, Recomposición y Sustentabilidad del Bosque Nativo de Entre Ríos para asesorar a la autoridad de aplicación, colaborar en las tareas de control, seguimiento, monitoreo, inspección, evaluación técnica y en la difusión de las normativas y prácticas de manejo del monto nativo.

Que los arts. 41, 43 y 124 de la Constitución Nacional establecen que el Estado propenderá a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, a que todos los habitantes gocen de un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras, debiendo tener el deber de preservarlo.

Que la presente gestión encuadra en los arts. 41, 42, 124 y concordantes de la Constitución Nacional, en el art. 36 de la Constitución provincial y en el decreto 710/1995 P.E.N. reglamentario de la Ley Nacional 13273 de Defensa de la Riqueza Forestal, a la cual se halla adherida la provincia por las leyes 3623 y 3846.

Que por lo expuesto, urge declarar la emergencia ambiental de la sustentabilidad ecológica, social y productiva de los montes nativos y selvas ribereñas de la provincia de Entre Ríos, que no generará costo para el Estado provincial, por lo que deberá ser remitida a la Legislatura para su refrendo”.

Este texto fue conducido en su redacción por Juan de Dios Muñoz y complementado por el Bioquímico Daniel Verzeñassi y quién suscribe la presente nota. Integra los considerando del Decreto Provincial 4519 del año 2003. Lo defendimos en la Justicia durante el 2004 y logramos una Sentencia brillante de la Dra. Leonor Pañeda, hoy miembro del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de la provincia.

Como hemos denunciado desde la Fundación M´Biguá en la Legislatura, las áreas competentes, la Convención Constituyente durante el año 2008, como frente al Poder Judicial, entre otros, esa sabiduría de Juan de Dios Muñoz, también anticipatoria reflejada y ordenada en el Decreto citado, ha sido tan groseramente violada e incumplida por la autoridad política en estos 13 años siguientes a su dictado, como también por las organizaciones de productores más conocidas, sus colegios profesionales, entre otros, que estamos ahora como estamos, como los últimos veranos, totalmente inundados y miles y miles de familias destrozadas. Y lo grave, es que será aún peor.

No admitir que se debe desarrollar una agenda total y radicalmente distinta a la existente, tanto por el Gobierno nacional como provincial, es simplemente suicida.

Esa agenda política la hemos expuesto y hecho pública, reiteradamente. No es ahora el momento de volver sobre la misma. Pretendemos poner en valor, lo que hace 13 años logramos del Estado provincial decir, y que la realidad demuestra cruda y patéticamente ahora como desastre. Pero el desastre no es natural, el desastre somos nosotros como sociedad productivista y extractivista.

Es esa visión que tan claramente un tal Luis Miguel Etchevehere expuso un minuto antes de iniciarse la audiencia judicial de conciliación durante el año 2004 frente al Superior Tribunal de Justicia de la provincia: “Ustedes en nuestros territorios, no son bienvenidos”. Se refería a los actores en el juicio que pretendía sostener la emergencia ambiental del bosque nativo.

No queda duda. Así están los territorios de la provincia, los de sus pueblos, comunidades, comunes, y más allá de estos personajes que tanto daño han causado y que ahora, además, reclaman que el Estado se haga cargo. Son esos líderes que logran socializar las pérdidas que ellos causan, para concentrar la acumulación de sus ganancias en no muchas manos. No tienen vergüenza.

Las sabiduría de lo que nos pasa, sus razones de ser, no está en los Informes del Banco Mundial -que ahora se animan a deslizar algunas más o menos coherentes en esos modos de redacción de los mega-consultores- está en escuchar a nuestra propia gente, nuestros científicos en las provincias, nuestros maestros de la sabiduría popular, en el interior más profundo de un territorio saqueado por los representantes locales y externos de los venenos y un modelo que no cuida ni le interesa la madre tierra.

La solución está en el reencuentro con el diálogo de nuestros saberes y de otros modos de hacer política, donde todos seamos bienvenidos en la madre tierra.

Opinión especial para Análisis Digital

Autor: Oscar Arnau