Parece cuento que la Argentina aún exista Por Mario Rapoport

24-08-2020 Opinion

Este es el título del nuevo libro del economista e historiador que recorre la especificidad de su disciplina con la intromisión de la literatura para proponer al lector “ver y entender las cosas de otra manera”. En diálogo con Cash, Mario Rapoport analiza la crisis del coronavirus, el dólar, el papel de potencia de Estados Unidos, la irrupción de potencia China, la integración latinoamericana, la negociación de la deuda y el FMI.
Parece cuento que la Argentina aún exista es el título del último libro de Mario Rapoport, publicado por Editorial Octubre, con el subtítulo «La crisis del neoliberalismo en el espejo del mundo y de la historia». ¿Es un libro sobre historia económica? Lo es, pero con rasgos singulares. Entre ellos se destacan los cuentos con moralejas así como otros satíricos que, con ironía, interpelan al lector acerca de los aspectos económicos, políticos y geopolíticos que explican el derrotero de la estructura político-económica e ideológica de nuestro país.
En esta entrevista, Cash recorre con el economista e historiador algunos de los ejes vertebradores de su trabajo, una síntesis entre la especificidad disciplinaria y la intromisión de la literatura que propone al lector. Es “ver y entender las cosas de otra manera”, explica Rapoport, profesor emérito de la UBA y del ISEN

¿Por qué titular “Parece cuento que la Argentina aún exista”?

– El libro, aunque fundamentalmente de economía e historia económica, podría ser una novela, pues está integrado por ensayos económicos, sociales y políticos rigurosos y por cuentos y relatos que reflejan la actualidad y el pasado nuestro y del mundo. Tiene como protagonistas a los mismos objetos o hechos económicos transformados en personajes que cuentan su propia historia.

¿Por ejemplo?

– Lo que ocurre con el dólar, desde sus orígenes españoles hasta su apogeo; el tipo de cambio, que nos cuenta sus desventuras personales, como si fuera un «tipo cualquiera” que sufre o se beneficia por el accionar de los humanos. Todo esto nos da otra visión de la economía, más interior y quizás más profunda. Denomino a los relatos o cuentos como morales porque enseñan caminos a desechar. Llevan al extremo, a través de la sátira y la ironía, una crítica de las políticas económicas neoliberales en sus momentos más dramáticos, en ocasiones se trata de relatos de ciencia ficción sobre lo que le puede pasar al país con la aplicación de esas políticas.

¿El libro tiene cuentos también?

– Hay catorce cuentos que, en su mayoría, encabezan o finalizan los capítulos. En algunos de ellos participan personajes reales donde la fantasía y los datos verídicos coexisten. No sólo las teorías, las estadísticas u otras herramientas económicas o políticas ayudan a develar los problemas reales. Debemos contar también con la imaginación, que muchas veces se les anticipa o los explica mejor. Mi pertenencia actual, además de la universitaria, al Fondo Nacional de las Artes, donde organizo foros que vinculan la economía con la literatura y el arte, es una consecuencia, entre otras cosas de mi vocación literaria, expresada en diversos cuentos publicados en Página/12.

Si mirara el derrotero del dólar desde el fracasado intento de John Maynard Keynes de introducir el Bancor como divisa internacional, ¿qué grado de poder diría que conserva hoy en el orden mundial?

– En el libro, la historia del dólar se cuenta por sí misma. El dólar reemplazó al Bancor y a la libra, lo cual le dio una ventaja a Estados Unidos sobre los otros países, quedar ubicado como referencia de la economía mundial. Cuando Estados Unidos entra en crisis, el dólar pierde su capacidad hegemónica. Después de Bretton Woods, el dólar rompe vínculo con el oro y se convierte en valor de la economía norteamericana, con la ventaja de que Estados Unidos sufre las crisis mundiales en menor medida que otros países, ya que emite su moneda sin necesidad de otro tipo de cobertura.

¿Qué cambia con la crisis económica que provoca la pandemia?

– No es tan reciente la crisis del dólar en el orden internacional. En 1965, en una asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI), el ministro de Finanzas de Francia dijo que era hora de abandonar el dólar como patrón de cambio internacional y planteó la necesidad de introducir una canasta de monedas como base del comercio internacional. Hoy, China intenta restringir el dólar como moneda única e incorporar otras en el comercio internacional.

Coronavirus
Si como afirma en el libro, el triunfo de Donald Trump se explica en parte por la crisis de 2008, ¿qué efecto puede tener la crisis del coronavirus sobre el desempeño electoral de Trump en noviembre próximo?

– La crisis de 2008 fue consecuencia de las políticas neoliberales que Estados Unidos expandió en el mundo en los años anteriores a la llegada de Trump. Por entonces, las empresas norteamericanas dejaron de invertir en su país con la intención de bajar costos, lo cual originó dos problemas. Por un lado, el aumento del desempleo y, al mismo tiempo, el encarecimiento de los productos norteamericanos. Trump recuperó esos niveles de empleo con políticas proteccionistas y logró que volvieran las empresas que se habían ido.

¿Cuál fue el segundo problema?

– La sobreabundancia de capitales; es decir que la ganancia de esos sectores fue tan abundante que no podía colocarse en los países originales, por lo cual fluyeron hacia los países del Tercer Mundo y arrasaron con sus economías. El deterioro de la ecología y de la alimentación en esos países es lo que origina esta epidemia. En este escenario, el intento de Trump por mantener un nivel de empleo mayor se ve amenazado por la pandemia, cuyo rol es desenmascarar la crisis real del capitalismo. Pero lo importante es que no se trata de una situación nueva, ya que esta crisis podría repetirse sin pandemia. Hay que ver qué pasa si se aplaca la pandemia una vez que se encuentre la vacuna, no estoy seguro de que se quiera volver al neoliberalismo.

¿Qué análisis hace del tipo de relación entre los Estados Unidos y la Argentina hoy? En el libro define como “asimétrica”.

– Estados Unidos siempre ha proclamado el libre comercio como eje central de su política pero ha sido proteccionista a lo largo de toda su historia. Esa situación ha arruinado a aquellos países a los cuales les compraba productos para venderlos al doble de precio, además de tener normas de protección. Esto pone de manifiesto que se terminaron las teorías de las ventajas comparativas para los países menos desarrollados que se limiten a vender productos agropecuarios. La Argentina no puede seguir siendo un país agroganadero, eso ya no funciona en el orden mundial. Los que están en contra de la cuarentena, en realidad, están en contra de la posibilidad de que el país se industrialice.

En el marco de la crisis norteamericana, ¿cómo pesa la deuda de ese país, que se duplicó en la primera década del siglo hasta representar el 24 por ciento de la deuda mundial?

– La deuda de Estados Unidos es una deuda abstracta que se resuelve emitiendo moneda. China fue muy inteligente al respaldar a Estados Unidos con sus ahorros y comprar bonos del Tesoro, dado que ahora puede vender esos bonos y acumular reservas para negociar con otros países. De hecho, están presionando para que la moneda china sea una divisa internacional. China tiene el poder de crear una moneda resistente que se expanda por el mundo y reemplace paulatinamente al dólar. No sería la primera vez, ya ocurrió con el desplazamiento de la libra por el dólar a fines del siglo XX.

América Latina
Durante la llamada “ola rosa”, los gobiernos de la región apostaron a instancias de integración, fortaleciendo el Mercosur y creando la Unasur.

– Es muy difícil recomponer instancias de integración como las que se estaban dando. Las divisiones producidas fuera como dentro de la región —que redundó en la desintegración del Banco del Sur, por ejemplo— causaron daños muy fuertes a nuestras economías. A ello se suma que hoy la mayor parte de los gobiernos de la región tienen una orientación de derecha y son antipopulares. La solución será replicar las condiciones de unidad que existían en el pasado y, al mismo tiempo, evitar que el gigante americano las estropee. Como complemento de la integración, es necesario consolidar la soberanía nacional; sólo sobre ese respeto a la soberanía debería existir la globalización.

¿Existe un escenario complejo para impulsar la integración regional?

– Ahora vemos que las dificultades para recuperar la integración son mayores porque asistimos a la explosión de la Unión Europea, pero esa era una integración que, en parte, estaba mal ajustada. Otro de los horizontes debería ser el de crear una canasta de monedas internacionales que facilite la decisión de los países de comerciar con quien se les dé la gana y, así, desprenderse de las dependencias en las que estamos inmersos. Tenemos que pensar que los gobiernos de la región son frágiles, por ende los proyectos de largo plazo se verán amenazados por las cambiantes políticas de estos países. Eso erosiona la posibilidad de políticas conjuntas en Latinoamérica.

Deuda y FMI
¿Cómo evalúa el desempeño de las negociaciones y, por ende, el resultado del canje de deuda bajo ley extranjera con acreedores privados?

– La Argentina sin la pandemia se iba al abismo; con la pandemia, mucho más. Las dos soluciones históricas a la deuda corresponden a Juan José Romero, quien durante la presidencia de Luis Sáenz Peña logró conciliar la crisis del ‘90 con pautas de lo que podíamos devolver. El gobierno de Néstor Kirchner se desprendió del FMI y sus condicionalidades. Lo que faltó fue un mayor control sobre las corporaciones y el campo. Hoy la situación es más difícil. No podría decir si este canje es mejor que el de 2005 pero se pudo hacer una negociación razonable que respetó nuestros intereses y nos permitirá respirar por unos años. Creo que los tres casos se deben estudiar conjuntamente porque son las únicas ocasiones en las cuales la Argentina negoció de manera distinta.

¿Cómo anticipa que serán las negociaciones con el FMI en relación con el acuerdo alcanzado en 2018 y caído en 2019?

– Es difícil saber qué va a pasar. Habrá sectores que querrán boicotear cualquier acuerdo con el FMI y hay que ver. También está por verse qué ocurrirá con Estados Unidos en las próximas elecciones.

Algunos de sus cuentos analizan juegos estratégicos, económicos o políticos, como si se desarrollaran en un tablero de ajedrez. ¿Cuál fue el objetivo de ese registro narrativo?

– Esos relatos tipo cuentos están basados en personajes o acontecimientos reales y suponen una interpretación de hechos históricos y actuales. Es una forma lúdica que también contribuye a esclarecer aspectos oscuros de la realidad, como el paso de la hegemonía británica a la norteamericana o la aparición de China como una potencia económica y política mundial.

Apela a la literatura para explicar acontecimientos de la economía política

– Sí, la literatura —incluso, la poesía— juega un rol importante para comprender la realidad económica y así lo muestra Thomas Piketty, quien para estudiar el fenómeno de las desigualdades reproduce párrafos de novelas de Balzac y de otros autores. Keynes y Marx usan métodos parecidos. Por ejemplo, Keynes hace lo propio con libros infantiles, como los de Lewis Carrol. Creo profundamente que, si bien las distintas disciplinas sociales deben profundizar temáticas específicas, una visión interdisciplinaria que comprenda lo económico, lo político, lo social y lo que brinda la literatura de ficción, ofrece una lectura más comprensible del presente. Es el caso de George Orwell y Ray Bradbury, quienes en sus cuentos y novelas adelantaron mucho de lo que nos está pasando. Mi cuento sobre los obreros robots va en ese sentido.

CREDITO: PAGINA 12

Autor: Oscar Arnau