En poco tiempo seguramente se buscará ampliar el presupuesto recién aprobado, entre otras cuestiones porque ninguna previsión de inflación se cumplió, acaban de eliminar la coparticipación de la soja que recibíamos, y además del jefe comunal decidir el endeudamiento al municipio con un dólar a fin de año a $17,50 aproximadamente y ayer perforó la barrera de los $30.
Es evidente la impericia del gobierno nacional y la responsabilidad política por parte de la dirigencia local, de embarcarnos en esta aventura que generó una profunda crisis económica y social en el país. Chajarí no es ajena a esta crisis, que se manifiesta con cierre de comercios, despidos, suspensiones, baja de ventas y un inocultable deterioro de la calidad de vida.
El tardío tratamiento del presupuesto en julio de este año puso al descubierto las enormes diferencias entre lo previsto a fines del año pasado y la realidad actual de las variables económicas.
Más allá de la promocionada transparencia, lo cierto es que en la página web del municipio el informe de ejecución presupuestaria solamente llega hasta mayo.
En este escenario de fuertes necesidades sociales, con un incremento de la ayuda social reconocido por el mismo Intendente, nos preguntamos cuánto de asistencia social vendrá al mes de agosto, hoy en ejecución.
Nos preguntamos además de cuánto dispone mes a mes el municipio en materiales de construcción, por ejemplo, para familias que hoy ven lejana la posibilidad de acceso a la casa propia.
Nos preguntamos acerca de datos mínimos para conocer qué tipo de gastos, que montos, en que momentos y a qué sectores se ayuda, cuando sabemos que hay mucha gente sufriendo en nuestra ciudad.
En los barrios de Chajarí, la situación se agrava día a día. Hay necesidades concretas frente al pago de servicios básicos, alimentación, ropa, mejoramiento habitacional.
Nosotros seguimos sin presupuesto real, sin previsiones claras y sin políticas sociales concretas y sistemáticas.
Por el Lic. Sebastián Denis
