Metí la pata, y ahora…? Por Natalia Paoli

10-07-2023 Opinion

Y ahora la vergüenza, la culpa, tratar de esconder el error debajo de la alfombra y seguir. Pero ojo.. porque el remordimiento no se va tan fácil.

 

Cuando tenemos sueños, metas, cuando queremos algo y caminamos, es seguro que vamos a meter la pata, y eso está bien, es parte del andar, lo importante es cómo actuamos ante ellos y sobre todo cómo nos tratamos a nosotros mismos.

 

A mi me daba pánico equivocarme y eso me mantenía en el mismo lugar, un error para mi era un obstáculo insuperable, pero cuando comencé a verlos desde otra perspectiva, esa vergüenza, esa culpa, ese miedo a no equivocarme ya no eran una constante.

 

Hoy sé que el error, aunque no me gusta como se siente en un principio, es parte del crecimiento, atreverme a reconocer que nos equivocamos nos da la oportunidad de crecer, porque los errores son parte integral de nuestro viaje de autodescubrimiento.

 

Te invito a reflexionar: ¿Cómo te tratás a vos mismo/a cuando te equivocas?; ¿te castigas? ¿te dejas llevar por la frustración y la autocrítica despiadada?

 

Qué te parece aprovechar este momento de reflexión para practicar cambiar la perspectiva y ver los errores como oportunidades para aprender y crecer. Porque es en esos momentos de desafío y adversidad donde encontramos la fuerza y la determinación para superarnos.

 

El ERROR te hace GRANDE

 

El gran tenista Roger Federer desde su infancia, luchaba por controlar sus emociones y, ante cada error, caía en una espiral de negatividad (se enojaba, gritaba, se maldecía a sí mismo, incluso llegó a romper raquetas). Sin embargo, en un momento clave de su carrera, decidió cambiar su enfoque. Aprendió a tratarse a sí mismo con compasión y a ver los errores como oportunidades para crecer. Esa nueva mentalidad le permitió convertirse en un campeón incansable y una fuente de inspiración para millones de personas en todo el mundo.

 

El camino hacia el éxito no se trata de talento innato, sino de nuestra actitud hacia los errores y nuestra disposición para aprender y crecer. Al abrazar los errores, nos abrimos a nuevas posibilidades y nos convertimos en los protagonistas de nuestra propia historia.

 

 

El DESCUBRIMIENTO a partir del ERROR

 

En 1928 el científico Alexander Fleming, estudiaba sobre las bacterias. En plena investigación cometió una gran equivocación, dejó la placa de Petri, donde estaban las bacterias fuera del refrigerador y se fue de vacaciones, a su regreso encontró la placa de estudio estropeada, alrededor de la bacteria que investigaba había proliferado un hongo, y el hongo en contacto con las bacterias había detenido el desarrollo de la misma.

Pero Alexander en lugar de enojarse y tirar la placa, en lugar de discutir con sus colaboradores, como buen investigador; se dedicó a mirar lo que había pasado y esta observación dió lugar a un gran descubrimiento, Fleming gracias a ese error, descubrió el primer antibiótico: la penicilina, un cambio radical en la historia de la ciencia y la humanidad.

 

Lo que rescato de esta historia real no es el gran descubrimiento sino la actitud de este científico. Fleming se detuvo, no se maltrató, no maltrató a sus colegas, se detuvo, observó y justo ahí, pudo hacer el maravilloso descubrimiento.

 

Entonces ahora que sabés que equivocarse es inevitable, que si no hay errores no hay aprendizaje; qué te parece imitar a Fleming: Detenerte, observar y preguntarte:

-¿Que aprendí de este error?

Vamos a darle la bienvenida a los errores.

 

Si este texto te dejo pensando, espero tu comentario para seguir creciendo juntos.

 

Te abrazo!!!

 

POR NATALIA PAOLI

 

Autor: Oscar Arnau