Los políticos están dando mucho trabajo

26-02-2020 Opinion

La tendencia es sacarse una foto en la reunión que mantuvieron por la mañana y compartirla con un texto que promete soluciones.
Los políticos le dan trabajo a los que administran sus redes sociales, a fotógrafos, filmadores, editores, diseñadores gráficos y a cada una de las personas que puedan mejorar su imagen en la virtualidad.

Ahora la tendencia es sacarse una foto en la reunión que mantuvieron por la mañana y compartirla con un texto que promete soluciones. “Hoy nos encontramos con el ministro para charlar sobre los problemas que tanto nos aquejan”.

Hace unos días miré una de estas imágenes en donde una secretaria anunció que se reunió con los trabajadores del área para coordinar el calendario anual, y como a mí ese proyecto en particular me gusta muchísimo, en cuanto me encontré con un amigo que trabaja en la iniciativa le dije: “qué bueno, por fin vi un posteo en donde contaron que este año pinta bien”.

Mi amigo me respondió que él también miró la foto porque el equipo de prensa, de esa Secretaría del Estado provincial, la publicó en Facebook, Instagram, Twitter, con un videito en YouTube, la comparten por Telegram y todavía no se animan a TikTok, pero será cuestión de tiempo. Para asegurar el impacto esa misma imagen después llega a todos los medios de comunicación que arman la nota tradicional y también la suben en sus redes. Es difícil no verla o escucharla porque también tienen presencia en radio y televisión.

Acá el problema surge cuando mi amigo me contó que desde que empezaron con el proyecto nunca le pagaron bien. Siempre laburó precarizado, y por lo que se enteró, en este 2020 la situación está peor porque no hay presupuesto. Más allá de este caso en particular, calculo que alguna de las fotos, que suben con escritorios de por medio, termo y mate, sirven para algo. Sobre todo porque ahora que las observo con detenimiento me doy cuenta de que invierten muchísimo dinero en indumentaria y accesorios como relojes, collares y carteras. Como la sonrisa es obligatoria, también tienen que gastar un dineral en la salud bucal.
En definitiva “la industria de la selfie” genera varios nuevos puestos de trabajo y el miércoles por la mañana lo comprobé. Una delegación, entiendo que eran funcionarios políticos por cómo estaban vestidos, recorrió el Parque Gazzano. Un muchacho joven se adelantó para filmarlos con el teléfono celular generando contenido para las stories y al finalizar la caminata posaron con los trabajadores que portaban sus herramientas para que todo sea más real.

Es cuestión de tiempo para que suban esa imagen contando que visitaron el espacio público y que se enteraron de todos los problemas que padecen para poder mantenerlo en condiciones. Ahora, hasta que lleguen las mejoras o la inversión necesaria es otro tema mucho más complejo para resolver. Como la foto es más fácil de fabricar que un complejo de viviendas dignas, desde el presidente de una junta de gobierno hasta el primer mandatario, todos, suben la instantánea tomada en el despacho charlando con otro funcionario, que también llega con su “equipo” de comunicación.

Hace una semana, un prensa de otro Ministerio me reconoció que la sala elegida para la reunión por el transporte sostenible en la zona metropolitana había quedado chica. Es que ahora al funcionario hay que sumarle el séquito que lo sigue de cerca para comunicar en tiempo real lo que está sucediendo. El resultado son fotos egocéntricas, que buscan reacciones de las audiencias.

¿Cuándo llegarán las imágenes inaugurando grandes obras? En todas las áreas de los gobiernos esperan la recuperación económica para cortar una cinta. Mientras tanto, en plena recesión, la mayoría de los jefes de comunicación ya mandaron a comprar el drone para tener la mejor toma aérea de la futura inauguración.

En algunas de las reuniones de trabajo los asesores deberían levantar la mano y pedir frenar con tanta foto vacía de contenido. Da la sensación de que le prestaron tanta atención a las redes sociales que se les fue la mano. Hoy la diferencia con el ciudadano es clara. Funcionarios y funcionarias resplandecientes mostrándose frente a un pueblo pobre cooptado por las empresas tecnológicas que viven de los datos que generan a cada paso. El panorama está bien claro y es poco esperanzador.

Crédito: Uno Entre Ríos

Autor: Oscar Arnau