Texto dictado por Eduardo Viana, el 16/03/2021
Como algunos saben, desde hace muchos días estoy pasando un momento de salud muy complejo, como consecuencia del coronavirus. Quiero hacer públicas algunas cosas que viví y pensé en estos días, sobre todo sobre valores humanos que muchas veces no vemos.
En mi internación, estuve y estoy rodeado de un gran cariño que valoro y agradezco muy especialmente. Mi compañera que no se movió de mi lado, mis hijos Leandro y Juan Manuel que se comportaron a la altura de la situación, dando todo. Mis hermanos que están todo el tiempo conmigo, acompañando, ayudando, resolviendo, siempre con la mejor energía.
También muchos amigos que están para lo que necesite, entregando su afecto. Gente cercana y no tan cercana que de una forma u otra me hacen llegar sus mejores deseos. Por ejemplo, amigos de mis hijos, con quienes no he tenido mucho contacto, pero de todos modos muestran aprecio e interés en mi bienestar.
Quiero que se sepa sobre la gente que uno encuentra en nuestro sistema de salud pública y privada. Me refiero a trabajadores de la salud. Las personas que todos los días se levantan muy temprano para limpiar baños y habitaciones, usando esos elementos incómodos que sirven para mantener la asepsia; camilleros, choferes de ambulancia, enfermeros, médicos y cada una de las personas anónimas que construyen nuestro sistema de salud, día a dia, en silencio, con mucho esfuerzo, sacrificio y amor por su trabajo. Estas cosas creo que deben conocerse.
Encontré trabajadores de la salud con una calidad humana, un compromiso, un sacrificio, un respeto, una preparación, una capacidad que realmente me parece para destacar, recordar y hacerlo saber. Entre otras cosas, me mostraron que todos podemos dar un cachito más. Un poquitito nomás. Todos tenemos que poner un poquito más de nuestra parte, solamente un poquito. Si todos ponemos un cachito más de nosotros, esta sociedad tiene que poder cambiar. Los abrazo a todos. Eduardo.
