Hay ansiosos Por Marcelo Carranza

21-05-2018 Opinion

Hay que decir que no es fácil dar la cara para dar tranquilidad luego de una semana que fue un tembladeral. Luego de los desaciertos (algunos por impericia. Otros por cumplir con “los deberes”) que asombraron y desconcertaron a propios y extraños.

Todos intuyen que el presidente fue empujado a dar esa conferencia de prensa. A plantarse y tratar de negar la debacle evidente.

Y obedeció, Mauricio Macri. Lo hizo recurriendo a una vieja amiga: la mentira.

Así, ocho o nueve preguntas piadosas hechas por los medios amigos, le dieron pie para faltar a la verdad, patéticamente, con una sonrisa increíble, como la de quien informa avances de gestión extraordinarios. Hubo un punto de máximo énfasis donde la “vergüenza ajena” invadió la sala y la quinta de Olivos entera: “¡son mentiras que las tarifas son altas!”.

Por primera vez, creo, empiezan a escucharse voces impacientes sin preocupación de que sean oídas. Sabedoras de que la democracia no estaría en juego (lo aseguran los mecanismos de sucesión previstos en la CN), hay expresiones que desean el fin de este gobierno cuanto antes, convencidas de que cada día que pase con estas autoridades hará más difícil la recomposición de lo destruido. “Un año y medio más es una eternidad”, dicen los ansiosos.

Más allá de cualquier interpretación, interesada o con pretenciones  de objetiva, es cierto que la Nación atraviesa un estado inimaginable hace dos años y medio cuando, limpiamente, CAMBIEMOS accedió al poder. Nadie podía pensar, entonces, que las promesas de campaña serían incumplidas, casi de manera desafiante, como lo fueron. Nadie podía suponer que el pueblo, de clase media para abajo, iba a ser tan castigado para beneficio de los pocos de siempre. Esos que en realidad nada necesitarían, si lograran controlar esa avaricia insaciable.

Por Marcelo Carranza

Autor: Oscar Arnau