¿Habrá otra mirada de la Justicia Federal?, cuando el dinero secuestrado es “bien habido y blanco” y es utilizado para sobrevivir en la Pandemia

16-09-2020 Opinion

En el procedimiento realizado por Gendarmería Nacional en la Autovía 14 el pasado 9 de setiembre en donde se detuvo e identificó a una pareja chajariense con más de un millón doscientos mil pesos en efectivo, encendió algunas luces amarillas, porque luego de conocer detalles del procedimiento, no se enmarca estrictamente a aquellos delitos en los que se secuestra dinero del cual no se puede fundamentar su procedencia.
En este caso, la causa 3567/2020 “D.R. s/a Determinar, cuya carátula todavía no especifica el delito tiene algunas características que Tal Cual pudo constatar con dos fuentes directas de la investigación y una fuente judicial federal, que si bien no trabaja directamente en este caso, nos dio un panorama sobre el particular.
La primera pregunta que nos hicimos fue ¿por qué el dinero estaba separado en más de 30 sobres perfectamente identificados?
Tal Cual en esta investigación, pudo saber, que este hombre, involucrado en el hecho, se encuentra desocupado, con experiencia en el rubro venta de ropa y ante las inhibiciones que presenta la Pandemia ideó con un conjunto de pequeños comerciantes, dirigirse a Buenos Aires con el dinero en efectivo, comprar y transportar hacia Chajarí prendas para comercializar en nuestra ciudad, utilizando su propia camioneta para tal fin.
Ahora bien, en cada sobre no solamente llevaba el dinero, sino una inscripción impositiva de AFIP de cada uno de los comercios, en la que evidentemente figuraba el titular del comercio y a la vez propietario del dinero ubicado en los mismos.
La forma ideada, trata de sustituir, el viaje en los tours de compras, en colectivos que ante la pandemia, están absolutamente prohibidos. Recordemos que desde Chajarí salían de tres a cuatro servicios semanales de estas características, en la que viajaban pequeños comerciantes y evidentemente conforman una fuerza económica importante para la ciudad, particularmente situada en los distintos barrios de Chajarí, y que evidentemente es o trata de seguir siendo el sustento económico de muchas familias chajarienses.
Tal Cual en diálogo con los profesionales del derecho que defienden al involucrado, ya tenían este miércoles en su poder, 25 declaraciones juradas de todos aquellos comerciantes que le confiaron a este hombre su transporte y la consiguiente compra de mercadería, ratificando que la procedencia del dinero responde a más de 30 personas que tienen pequeños negocios y que hoy están al borde del estado de nervios, porque es conocido que el dinero, si bien se devolvería, los plazos del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, para estos casos sobrepasa largamente el año.
La pregunta que subyace es ¿podría el magistrado, que es quien aplica la ley pertinente, tener una mirada concreta sobre este dinero? conociendo desde el primer momento que se trata de efectivo con procedencia legal y “blanca” y que responde a actividades comerciales lícitas de familias que hoy buscan “la manera” para sobrevivir a esta pandemia.
Es cierto hay un hecho jurídico, pero también hay un hecho social que debe zanjarse ya que a veces el castigo dispuesto en la normativa no condice con las verdaderas motivaciones de las acciones.
¿Cuánto dinero se puede transportar?
En este sentido la ley es clara para “dinero que puede salir del país” y que asciende a la suma de 10 mil dólares. Ahora bien ¿a qué precio el dólar, el oficial del Banco Nación?
También se puede defender cualquier transporte de dinero, debidamente fundamentado por supuesto, que está transitando para “sacarlo del país” pero precisamente en la actualidad, pandemia mediante, las fronteras se encuentran cerradas así que la pregunta sería ¿adónde se lleva este dinero?.
La controversia sigue y seguiremos ahondando en el mismo para identificar debidamente a aquellos que en una maleta o en una mochila, transportan dinero mal habido de otros que llevan dinero para comprar mercadería y vivir de la transacción comercial de los mismos.

por Oscar Arnau

Autor: Oscar Arnau