Fenómeno Natural en 1948: Crónica del terremoto que sacudió el suelo de Chajarí

14-12-2019 Opinion

Finalizando la década del cuarenta del siglo pasado, en Chajarí tuvo lugar un terremoto que no provocó mayores daños, pero que hizo perceptible un temblor de tierra y daños leves en algunos inmuebles, provocando confusión y pánico de sus pobladores.
Sobre los pormenores del suceso telúrico, y su incidencia social en la región, se explayó el abogado e historiador, oriundo de Chajarí, Marcos Raúl Molares, quien nos relató algunos detalles desconocidos sobre el suceso denominado “Terremoto de Chajarí”.
Al respecto, el profesional manifestó: “Un terremoto es un hecho geológico, y accesoriamente histórico. Sin embargo, el terremoto de Chajarí tiene aristas desconocidas, y hasta insólitas, que más se integran con el anecdotario social, que con el geográfico. El sismo ocurrió el 21 de enero de 1948, a la siesta. Su punto de origen se registraría dentro y/o en inmediaciones de los actuales límites de Colonia Belgrano, según estimaciones extraoficiales. Ocurrido el temblor, al otro día, varias localidades, a través de sus medios de prensa, se atribuyeron la “paternidad” del terremoto”.
“Paraná, decía que era producto de un temblor en la falla del río homónimo. Concordia, que el epicentro estaba en su jurisdicción. Lo mismo Monte Caseros, Goya, Curuzú Cuatiá, Feliciano, Federación, etc., etc.”, ejemplificó Molares.
Sobre lo acaecido localmente, dijo: “Chajarí fue la que tuvo el epicentro del sismo: a seis kilómetros al sur de su Estación de Tren. Debió ser el centro de atención de la comunidad científica y de la prensa de aquellos años. Sin embargo, tuvo que pasar un corto tiempo hasta que se dilucidara, por fin, donde fue el foco del temblor de tierra.
De todos modos todos los pobladores tomaron conocimiento de lo sucedido. Pero la Intendencia y la autoridad policial, permanecieron a la espera de los datos oficiales, para emitir cualquier comunicado formal sobre lo acaecido.
Mientras tanto, varios pueblos, sobre las costas del Paraná y del Uruguay, decían haber tenido temblores ocasionados por el sismo. Pero lo curioso fue que insistentemente se atribuían el epicentro, y la mayor repercusión geológica. Chajarí, hizo mutis por el foro: silencio de radio”.
“¿Qué fue lo que en verdad ocurrió?” –se interroga el investigador, para luego explicar: “Si bien el centro del terremoto se localizaría en Colonia Belgrano y/o en sus proximidades, el temblor se sintió en toda la ciudad y sus colonias. La magnitud estimada fue de 5,5 en la escala de Richter y de una intensidad de grado VI en la escala de Mercalli. El episodio, ocurrido en la calurosa siesta, pudo estar asociado a un segmento del Sistema de Fallas del Río Uruguay, de orientación Noreste – Suroeste.
Varios segundos antes de producirse el fenómeno, se oyó el peculiar aullido y ladrido de los perros, que inquietó a los demás animales de la zona. Al mismo tiempo se sintió un ruido, apenas perceptible al principio, pero que creció llegando a su máxima intensidad en el momento que la alteración atmosférica se expandía frente a los ojos azorados de algunos pobladores que fueron testigos impertérritos de lo que estaba sucediendo. De inmediato, el suelo se estremeció, y algunos vecinos, de las afueras del pueblo, dijeron que la superficie de los campos se onduló durante ese breve espacio de tiempo.
No hubo daños estructurales en las casas, si algunas rajaduras en revoques de paredes y muros. Pánico y mucha confusión en la gente. Todo duró alrededor de quince segundos. No se detectaron réplicas
No obstante todos esos testimonios, parecía haberse juzgado, por parte de las autoridades, que no había que despertar alarmas, para no atemorizar a los compueblanos. En esos casos, frecuentemente, se producen réplicas de los temblores”.
Acerca de la repercusión del evento en el Litoral, Molares refirió “Lo cierto es que en una zona de baja sismicidad, se produjo, quizá por primera vez, un terremoto, que hizo temblar casi toda Entre Ríos, Sur de Corrientes, y zona litoraleña del Uruguay (Salto y pueblos aledaños). No hubo que lamentar víctimas, pero sí deterioros de inmuebles (grietas en paredes de ladrillos, caída de revoques y otros daños menores)
Este hecho resultó una curiosidad geológica, en una región donde se descartan –normalmente- este tipo de sucesos. ¡Qué fue lo que pasó? Hasta el día de hoy se plantean hipótesis, y algunas conjeturas. Exactamente a qué se debió el temblor fugaz, no se supo, y es difícil precisarlo actualmente.
¿Podría volver a ocurrir? Tampoco hay una respuesta categórica al respecto. Nada es matemático en la naturaleza. Si se decía que la región mesopotámica estaba exenta de este tipo de movimientos telúricos, hubo que replantear muchas teorías que andaban en boga en aquellas épocas, a partir de lo ocurrido.
Lo curioso es que en 1948, más de una decena de ciudades y pueblos se disputaron la hegemonía geológica e histórica sobre este sismo, atribuyéndose 1) el foco de origen, 2) los mayores temblores, 3) los más graves daños, etc. Se sumaron a este clamor, de cuasi estilo deportivo, autoridades públicas, miembros de fuerzas vivas, y voceros de prensa. Era una disputa encarnizada por ocupar el centro de atención de la prensa argentina e internacional: ¡Un terremoto en el Litoral! ¡Algo sorprendente e inusual!”
“Esa disputa la ganó Chajarí, sin participar en el juego; viendo su desarrollo competitivo, con estupor y también algo de ironía. Su gente, sus autoridades y su prensa incipiente, observaron la lucha por la primacía mediática, como simples espectadores. Sin gastar energías. Los hechos se impusieron a los comentarios fantásticos, a las inventivas y a la exageraciones, porque la investigaciones oficiales dieron a conocer que el epicentro del sismo estuvo a una profundidad de 30 km y a 6 km al sur de Chajarí, a 30°S y 58°O, aproximadamente”, concluyó.

Autor: Oscar Arnau