Feliz Navidad: La buena noticia, son los humildes Por Fernando Gómez y Melina Arnau

25-12-2021 Opinion

Sobre los montes de Judea, en la periferia de Jerusalén, en los territorios ocupados por el Rey Herodes, rodeado de pobreza nació Jesús. Del vientre de una madre soltera, adoptado por un artesano pobre.

La tierra que vio nacer a Jesús está enclavada en los territorios ocupados de Cisjordania, por parte del Estado de Israel. La mayoría de los pibes que llegan a este mundo, son pobres. Los ranchos de hoy, y los pesebres de ayer, son el testimonio de la brutal desigualdad que nos sigue exigiendo recuperar en Jesús, su milagro más valioso, el de organizar a su pueblo para la liberación.

Hace unos pocos días atrás, en la víspera de una nueva Navidad, un pibe de 15 años, en situación de calle, ingresó a la Catedral de San Isidro y tomó un copón que contenía hostias consagradas e intentó llevárselo. La iglesia que se apropia del Jesús humilde que llegó para revolucionarlo todo, emitió un veloz comunicado, en el que hizo saber que:

«Pasado el mediodía del miércoles 15 de diciembre ingresó a la Iglesia Catedral un joven en situación de calle y robó un copón que contenía hostias consagradas. El mismo ya se encuentra detenido”. Aclaraba que el 19 de diciembre se celebraría una misa en reparación del penoso hecho.

Aquellas hostias consagradas que representan el cuerpo de Cristo, tomadas brevemente por un pibe condenado a la marginalidad, ¿en manos de quien merecen estar? ¿Hubiera preferido Jesús que las recupere el Obispo de San Isidro, o que permanecieran en manos del pibe nacido en la pobreza, condenado por los poderosos a vivir para la mierda?

En tiempos de desigualdad, Jesús nos invita a reflexionar.

Porque Jesús fue exiliado, por sentencia de los poderosos. Su vida, fue un milagro para los condenados de la tierra. Su milagro más precioso, organizar un pueblo con la fe inquebrantable de ser libre; sembrar sueños y esperanzas entre los humildes.

Traicionado, condenado por los que entregaron su propia historia a los que se creían dueños de todo, torturado y asesinado en una cruz. Los mejores hijos de nuestro Pueblo, terminan escribiendo la historia con su propia sangre.

En esta Navidad, en la que los mercaderes echados del templo lograron llevarse un nuevo pago al FMI a sus cuentas en el extranjero, mientras los humildes inventan su Navidad con un bono que no alcanza a pagar una cena de alguno de los tantos miserables, Jesús vuelve a nacer para que los mercaderes no nos impongan su mensaje.

Son tiempos en que hay que tener el oído en los más humildes, los pies en la tierra donde resistimos, la convicción de haber nacido para ser libres, la alegría de seguir remontando sueños.

En esta Navidad, donde Milagro Sala y sus compañeras y compañeros siguen presos, padeciendo la persecución que sufren los humildes que deciden revolucionar la historia, Jesús vuelve a nacer con su mensaje potente que nos permite sublevarnos a la injustica.

La Navidad es celebración, la buena noticia son los humildes y su capacidad de organización para seguir construyendo un destino de liberación.

Crédito: Infonativa.com

Autor: Oscar Arnau