Los medios periodísticos de la provincia y el país buscaron todo el día a la maestra vialense, Yohana Fucks, por su notable carta a Lionel Messi, pidiéndole que no se vaya de la Selección Nacional. Cada vez que pudo, la docente y dirigente gremial recordó los padecimientos de los maestros del interior -en especial en barrios muy humildes- y cómo viven esos alumnos. La gran mayoría de esos medios -en especial de Entre Ríos- que pelearon codo a codo por minutos al aire con Yohana, son los mismos que hace años le vienen negando espacios cuando la maestra denunció, en varias instancias, las formas en que el narcotráfico ingresaba sin pedir permiso en las escuelas de Paraná y hasta mataba a sus alumnos o algunos de sus familiares.
Nadie la quiso oir en esos medios que hoy le sonreían, la abrazaban y le daban los minutos que ella exigiera. Yohana lloró mucho en estos últimos años, al igual que varias maestras barriales como ella, pero de dolor y no de emoción, porque la violencia del narcotráfico les atravesó el corazón. “Yo sé que me voy a morir de muy joven, como mi hermano”, le dijo hace un par de meses, uno de sus alumnos, de no más de 10 años, perteneciente a una familia que tuvo que aprender a convivir con la muerte en esta última década, porque las vendettas del narcotráfico los dejaron sin esperanza ni ganas de vivir. Tanto Yohana como sus compañeras docentes, en esos barrios, tienen que hacer de maestros, psicólogos, asistentes sociales y hasta padres. Y muchos de ellos optaron por irse de esos lugares porque no les da más el cuerpo ni la cabeza. Les ganó la violencia y el poder del narcotráfico. Prefieren seguir luchando, en otros lados y con la misma pasión.
Pero a Yohana y a otras maestras, nadie de esos medios les dio micrófono. Siempre fue más fuerte la orden emanada del algún sector de poder urribarrista y junto con esas negativas de difusión, llegaban también las sanciones para esos docentes comprometidos, que lo único que pedían era ayuda y solidaridad.
Esos mismos medios negadores de la realidad -y a quien le quepa el sayo que se lo ponga- hoy le abrieron las puertas a Yohana. Y la docente no desperdició los minutos. Habló de Messi, pero también de esas escuelas barriales, de sus alumnos necesitados, de la violencia que existe por la pelea de bandas del narcotráfico y del dolor por la falta de respuestas desde el Estado. Los periodistas la tuvieron que escuchar sin ponerse colorados y Yohana logró su objetivo.
