Momento triste para la profesión que testimonia la primera versión de la historia. Ser periodista en el reino de las noticias falsas es de un sacrificio incalculable. Los rentados se sientan en la mesa de los convencidos y se comen el pan de los inocentes. La renta es distribuida como los latigazos y siempre caen en el lugar equivocado. Para colmo, los dueños de la chequera creen que compran el cielo pagando el fruto del excusado. Tiempo difícil y triste pero apasionante. Se va descorriendo el velo y cada cual tendrá su retorno como en un espejo. Mitre no debería en esta época volver a escribir la historia falsa y conveniente que ya nos condenó al centralismo cipayo con la mano de los modernos escribas esclavizados o de los ladrones de sucios sueldos. En nombre de esa pasión y los sueños que aún nos moviliza, fin día del Periodista.
Crédito: Periodista de C.del Uruguay
