El Límite por Marcelo Carranza

10-05-2017 Opinion

De pronto, con la sorpresa de una trompada, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se congració con aquel viejo dicho del Presidente: “Voy a terminar con el curro de los Derechos Humanos”.
 
No voy a meterme en las cuestiones económicas por obvias que sean. No voy a considerar quiénes se benefician y quiénes se perjudican con ellas por evidentes que parezcan. Finalmente, tendremos oportunidades para confirmar o reconsiderar el rumbo de las mismas. Hay democracia, afortunadamente.
 
Este asunto es de moralidad. Porque ese “dos por uno” con que la Corte ha beneficiado a delincuentes de lesa humanidad es, francamente, indecente.
No me equivoco. Esta no ha sido la acción de un poder independiente como la democracia manda. Esta fue una intromisión directa, una orden del Poder Ejecutivo al Poder Judicial que este obedeció de manera vergonzosa, indigna.
 
No extrañan los votos de los dos nuevos miembros del cuerpo propuestos, justamente, por el PEN. Asombra, desilusiona sí, el viraje de 180° de la opinión de Hitton de Nolasco respecto de lo que sostuvo hace 9 años sobre el mismo tema. ¿Es posible que haya influido que en los últimos días el gobierno le solucionó un inconveniente legal referido a su edad y a la duración de su mandato?
 
Aquella torpeza del “curro” siguió con el más reciente “desconozco cuántos muertos y desaparecidos hubo. Hay quienes hablan de 8000 y otros dicen que fueron 30000… Es opinable… ¿Quién sabe…?” Redoblando el disparate, dijo: “¿Quién sabe, en realidad, si fueron 5 o 6 los millones del Holocausto?”
 
Está claro que el Presidente tiene algo personal con este tema y se le nota. No hubo acto oficial por el Día de la Memoria. Intentó hacer móvil al feriado que fue pensado para hacer inolvidable aquella barbarie.
Habla de guerra, no de cacería. Parece no haber entendido cuán sensible es esta cuestión para los argentinos.
Esta GRIETA que han agrandado ayer de manera inconmensurable, no podrá negarse ni cerrarse. Es más, es posible que lamenten, sin remedio, haberla promovido.
Los que pensamos en que es una barbaridad somos muchísimos más que los que llevaron a CAMBIEMOS al poder.
 
Siempre hay un límite. Y aparece el día menos pensado.
Por Marcelo Carranza
Autor: Oscar Arnau