DESPERTARES Por Marcelo Carranza

01-04-2019 Opinion

Con la excepción de algunos que suponíamos que el día iba a llegar indefectiblemente, los habitantes de Chajarí se sorprendieron, ayer, al ver y oír la larga caravana que, al fin, encabezaron un tractor verde y otro azul. Esa fila que, además, mostró prolijos e impensados carteles de protesta.

La hilera expresó claramente que los plazos y los límites son alcanzados hasta por los más insospechados. Y que la vergüenza de haber contribuido puede desaparecer de tanta injusticia. O, mejor, que no hay que sentir culpa por haber sido engañado.

Se vieron dedos en V y pulgares hacia arriba, al paso de los vehículos de trabajo que, raramente, lucían limpios y brillantes. También se leyeron labios de insultos sin voz, condenatorios de quienes “se dieron vuelta”.

Hasta hubo “galletas” en el tránsito, cosa insólita en esta ciudad tranquila, sólo habituada a la “vuelta del perro” dominguera.

El 28 de marzo de 2019 será recordado en Chajarí como el día en que la “gente de campo” dijo basta. El día en que se terminó de comprender que hubo una estafa. El día en que muchos decidieron, ¿por qué no?, rectificar su rumbo.

Los mismos que supusimos que esto iba a pasar, nos ilusionamos con que la reacción no haya sido sólo por lo que les toca. Nos esperanzamos con que, aunque sea un poco, hayan llevado en su marcha a los que ya no les queda nada desde hace muchos meses.

Marcelo Carranza, 29 de marzo de 2019.-

Autor: Oscar Arnau