Hoy quiero entregarte un breve recordatorio, una reflexión que parte desde recordármelo a mi primero y que puede, al igual que hizo conmigo, ayudarte a reconectarte con la verdad de tu existencia.
¿Alguna vez sentiste mariposas en el estómago ante la emoción?
¿O quizás una erupción en la piel en momentos de estrés?
Nuestro cuerpo tiene su propio lenguaje, y es importante saber escucharlo.
Cada sensación que experimentamos es como una pista que nos ofrece información valiosa. Si prestamos atención, podemos descubrir lo que realmente necesitamos para vivir mejor y mantener una buena relación con nosotros mismos.
Nuestro cuerpo habla, pero no siempre nos detenemos a escucharlo, nos avisa que paremos, que tomemos un descanso, pero es más fácil seguir de largo, aunque nos quejemos, seguimos sord@s.
Y nuestro cuerpo sigue, nos da pistas silenciosas, es nuestro fiel confidente. Entonces cuando estamos enojados, podría manifestarse con malestar estomacal. Si nos exigimos demasiado, podrían aparecer alergias como una señal de alto. La tensión en los músculos podría revelar nuestras preocupaciones internas.
Pero no siempre paramos, por el contrario, nos enojamos, queremos que nos saquen de encima ese malestar, justo el malestar que nos viene a enseñar algo.
Cuidar de nuestra salud emocional y física es una prioridad fundamental. Tu cuerpo es tu socio de vida, un vehículo irremplazable que nos permite experimentar el mundo. Independientemente de su forma, tamaño o apariencia, es la herramienta que nos lleva a través de la vida, y si manifiesta malestar, dolor, enfermedad, no es una desgracia, es una oportunidad para aprender algo y vivir desde otro marco mental.
Tomate un instante, simplemente escúchalo, inhalá profundo y sentí si hay molestia, sensación incómoda, sentí como estás sentado, si hay algún área más tensa que otro, tu cuerpo te va a hablar, hay algo que te quiere decir.
Si lo haces te estás regalando una oportunidad de crecimiento personal que puede iluminar tu vida y la de los que te rodean.
Si sentís que hay algo que no está en equilibro, tomate un momento para escuchar, vas a darte cuenta de lo que necesitas.
Mereces vivir bien y para esto es fundamental amarte y respetarte. ¿Te animas a escucharte?
Tu vida plena te espera y tu cuerpo está dispuesto a acompañarte en este viaje extraordinario.
¡Te abrazo!!
POR NATALIA PAOLI
