Agua podrida, podrida de todo… en Chajarí por Claudia Cagigas

15-02-2017 Opinion

Agua podrida corriendo despacio, agua podrida criando batracios…, agua

podrida cuajada, cortada, agua podrida habitada poblada…, agua podrida que pide tormenta… agua podrida recontra podrida, agua podrida que pudre la vida… Todas estas frases pertenecen al tema “Agua podrida”, escrito por Leo Masliah y son justas para describir la situación de nuestros arroyos, en especial la del Alpargatas, donde van a parar los residuos del Área Industrial Chajarí. Desde la Municipalidad aseguran que la situación está mucho mejor que un año atrás, cuando las actuales autoridades llegaron al gobierno. Néstor Marsilli, propietario del campo por donde el arroyo pasa, sostiene que lo hecho es insuficiente dado que el curso de agua sigue tan podrido como antes… “El arroyo varía, a la tardecita o madrugada es como que hierve, hace globos. A veces hace una capa marrón y a la hora y media esa capa se transforma en verde. Son burbujas que salen de abajo”, graficó Marsilli.

La contaminación del Arroyo Alpargatas es innegable. Tristemente, los animales siguen tomando esa agua y, por si fuera poco, el agua de la Escuela 12 también está contaminada, por lo que la semana pasada integrantes del Foro Ambientalista Waj Mapu elevaron una nota al Honorable Concejo Deliberante (HCD) y al intendente de Chajarí, Pedro Galimberti, pidiéndole que gestionen la construcción de una planta de tratamientos de efluentes en el Parque Industrial.

El problema no es nuevo, pero se acrecienta día a día. Al Arroyo Alpargatas no sólo van a parar los desechos industriales sino también los cloacales del Área Industrial, según reconoció la encargada del Área de Medio Ambiente de la Municipalidad, Griselda Quintana.

¿Qué impide tomar urgentes cartas en el asunto? Dos aspectos fundamentales marcó la concejal Daniela Lavarda (Cambiemos), integrante de la comisión que entiende en el Área Industrial: que los gobiernos anteriores nunca exigieron a las empresas el cuidado del medio ambiente, por lo que cuesta cambiar la mentalidad del empresario y que en el lugar trabajan 300 personas en total, lo cual impide “ajustar” demasiado exigiendo medidas inmediatas, por temor a la pérdida de esas fuentes de trabajo. Por tanto, se optó por tomar el tema con paciencia, se hicieron reuniones entre Municipio y empresarios, se les pidió una serie de adecuaciones y se les dio un tiempo para poder cumplirlas. ¿Las están haciendo? Tanto Lavarda como Quintana aseguran que sí, pero que el proceso es largo porque “la mentalidad del empresario no se cambia en dos tardes”. En este sentido, comentaron que se logró que algunos aserraderos construyan silos (porque la contaminación también es del aire) y que la fábrica de jugos cuente con una pileta de retención de sólidos para que éstos no vayan a parar al arroyo (pulpa, hojas). La gran deuda es la plata de tratamientos de efluentes –que no todas las industrias allí instaladas necesitan-. También consideraron que el Estado no se puede hacer cargo de la construcción de esas piletas, por cuanto se trata de inversiones privadas.

La contaminación del Arroyo Alpargatas comenzó a notarse en 2009, cuando empezaron a aparecer peces muertos. Néstor Marsilli, cuyo campo está ubicado en Colonia Belgrano, a unos 300 metros en línea recta del Área Industrial, denunció dos veces la situación en Medio Ambiente de la Provincia (una en julio y otra en noviembre de 2009). Luego, en 2015, ante escribano público y en forma privada, se tomaron muestras de agua con un bioquímico de Chajarí. “Fueron tres muestras en total: una en mi propiedad, una a la salida del Área Industrial y otra muestra testigo en el arroyo que cruza antes de llegar al Puesto 321”. El resultado fue contundente y puso de manifiesto el estado calamitoso del Alpargatas, por lo que Marsilli presentó un recurso de amparo.

“La Municipalidad siempre negó la contaminación que origina el Área Industrial y nos contestó que si el arroyo estaba así podía ser por la materia fecal de los animales, por la bajada del lago y por los productos químicos de las quintas, pero ahí no hay quintas, desde mi propiedad al norte no hay quintas. Esa respuesta le dio la municipalidad a la jueza. Nosotros le pedimos que hagan estudios en las empresas, que venga un perito para que tomen muestras de agua y no se hizo nada”, recordó Marsilli. Por aquellos años corría la gestión del intendente José Luis Panozzo.

En cuanto a la Escuela N° 12 se refiere, “en el 2007 se hizo un análisis de agua que marcó que el agua de la escuela era potable. En diciembre de 2015 se hizo otro y salió que ya no es potable”, agregó. Si la contaminación del arroyo comenzó en 2009, “me parece que hay una relación directa o es mucha casualidad que hoy el agua de la escuela también esté contaminada”.

Marsilli quiere acceder a las copias de las inspecciones realizadas en las empresas o al menos a las notificaciones, si es que éstas existen, y a la respuesta de las empresas. Quintana y Lavarda desconocen si ese acceso es posible, pero aseguran que las inspecciones sorpresivas se hacen y las notificaciones y sanciones, en caso de ser necesario, también.

Por su parte, Pablo de la Iglesia –ambientalista y político que apoyó la llegada de Cambiemos al poder-, cuestionó la falta de eficacia y compromiso en la política de medio ambiente de este gobierno. Aunque en todo momento alentó a que se ajuste a las empresas para que construyan las piletas, recordó que “hay tratamientos que nos pueden permitir sobrellevar un tiempo la situación, para ir mejorándola y no son costosos”. Para esto, aconsejó consultar a especialistas que están a disposición dentro del mismo estado, “en el CONICET, en el INTI, en el INTA”. “Allí hay gente formada, pero que hay que ir a buscarla, hay que tener ganas políticamente hablando, cosa que este gobierno está demostrando que no tiene o por lo menos se cansó”.

Finalmente, Lavarda comentó que no todas las empresas radicadas en el Área Industrial necesitan una pileta de decantación. En cuanto a la fábrica de jugos señalada por Marsillli, comentó que el 27 de junio de 2016, ésta presentó en el HCD el proyecto de construcción. “Lo analizamos y vimos que donde la querían realizar era en el área de la reserva, que no vamos a tocar. Ellos querían comprar parte de ese terreno para realizar la pileta, le respondimos que no, que tenían que realizarla dentro de lo que ya tienen adquirido y que presenten nuevamente el proyecto”. Hasta el momento la empresa no volvió a mandar la propuesta modificada.

La buena intención está, considera Pablo de la Iglesia, pero “no alcanza”. ¿Se podrán apurar un poquito las cosas?

Autor: Oscar Arnau