Llegan estas fechas festivas y uno de los recursos a los que se suele recurrir es al uso de la pirotecnia, un elemento de festejo que para muchos suele ser un elemento de malestar muy grande.
Un claro ejemplo de ello es lo que vive Myriam Cervini, que tiene a su hijo Santiago -quien por estos días ya tiene 20 años- pero la pirotecnia sigue afectándolo notablemente y requiere de determinados cuidados y precauciones por su cuadro de Autismo.
Consultada acerca de su criterio con respecto a si evolucionamos o no como sociedad en la concientización del uso de pirotecnia afirmó que “aún no, si no fijémonos lo que fue el festejo de river, al igual que lo que sucede para esta fiesta donde no solo se tira fuegos artificiales con un poco de ruido, sino también bombas de estruendos que asusta no solo a un chico con autismo, a un bebe o a un animal; sino a cualquier personas”.
“Veremos este año que es lo que sucede porque muchas ciudades han decretado pirotecnia cero, llevando un efecto contagio para otros lugares. El año pasado si puedo decir que fue más lindo porque tiraron mucho con los colores, no tanto los estruendo y eso es muy bueno”, valoró Cervini.
Y agregó para concluir que “a un chico con autismo hay que anunciarle absolutamente todo, hay que hablarlo y organizarle todo, para luego no cambiarle los planes porque viene el berrinche. Además a ellos les queda muy gravado lo que ven, más que lo que oyen, por eso no es lo mismo prepararlo diciendo que va a ver pirotecnia, que dibujarle o mostrarle un video; lo entienden de otra manera y ya se preparan para ese momento”.
