En la Argentina, aumenta el número de femicidios pero no el de condenas

02-12-2018 El País | Actualidad

muerta

 

Desde el #NiUnaMenos no descendió la cifra de mujeres víctimas de la violencia de género. La figura del femicidio como agravante no es lo suficientemente aplicada en los tribunales.

Como agravante de un tipo penal, el femicidio existe desde su aprobación por el Congreso en 2012.

Los femicidios o feminicidios existieron mucho antes de que se los reconociera como tales. Oriel Briant, Alicia Muñiz, Carolina Aló, Gladys McDonald, Cecilia y Adriana Barreda y Elena Arreche, las mujeres asesinadas por el dentista Barreda a quienes rara vez se recuerda por sus nombres, María Soledad Morales, Leyla Bshier Azar y Patricia Villalba, las víctimas del doble crimen de La Dársena en Santiago del Estero y muchas otras.

El asesinato de Chiara Páez , la chica de 14 años embarazada de tres meses enterrada en el patio de la casa de su novio de 16, en Rufino, Santa Fe desató la marea del #NiUnaMenos. Una multitud de mujeres de todas las edades salieron a la calle el 3 de junio de 2015 para unirse en un grito contra la violencia machista.

Una mujer muerta cada 29 horas

Más allá de las iniciativas gubernamentales -algunas más efectivas que otras- la evaluación general indica que las cifras de víctimas no han bajado en los últimos tres años. Hubo 286 femicidios en 2015, 290 en 2016 y 292 en 2017. En lo que va del 2018, se registraron 260. Además, cientos de hijos quedaron sin madre y la figura del femicidio vinculado (el asesinato de descendencia, padres, vecinos, nuevas parejas, amigos y amigas) fue la marca de uno de los casos más recientes -nunca se puede decir que es el último-, el de Delia Guerrero, en Colón, Buenos Aires.

La Casa del Encuentro informó por su lado que según sus cifras, hay un femicidio cada 32 horas y 225 en total.

La cantidad de condenas por femicidio en tribunales no se compara con el número de hechos detectados. Es frecuentemente equiparado al homicidio agravado por el vínculo. Los fiscales y jueces alegan que el femicidio es difícil de tipificar. Los tribunales requieren que hayan existido antecedentes de que además del vínculo existan antecedentes de relaciones violencias o historial de actitudes de de odio al género femenino por parte del femicida.

En el 93% de los casos, los asesinos fueron personas pertenecientes al círculo íntimo de la víctima. El 22 por ciento de ellas había efectuado la denuncia y el 12,5% tenía alguna medida de protección.

Con la sangre ya derramada, una de las preguntas más frecuentes es si se podría haber prevenido. Tal vez una de las formas de prevenir es la detección temprana de formas de violencia contra la mujer. Pero para prevenirlas, hay que identificarlas, lo que no es una tarea fácil.

Autor: Oscar Arnau
Fuente: Tal Cual - TN

Comentarios