Fernando Zampedri anotó el segundo gol para liquidar el pleito ante los tucumanos, la asistencia fue de Alfonso Parot.
Recuperó la solidez defensiva, definió de entrada la base a la cual apostar y se reforzó temprano para empezar a plasmar su idea de juego. A partir de esas claves y junto con un fixture accesible para devolverle la confianza al equipo en casa, Rosario Central se consolidó ayer como puntero único en el inicio de la Superliga de la mano de Edgardo Bauza con una victoria contundente sobre el recién ascendido San Martín de Tucumán.
Si no es ideal, el comienzo del segundo ciclo del Patón en Arroyito al menos se destaca por haber superado las expectativas previas sobre lo que podía dar una formación con pocas caras nuevas y otros futbolistas devaluados durante una temporada que sólo dejó el triunfo en el clásico an Newell’s como única satisfacción. Pequeña y gran satisfacción en Rosario.
Sin goles en contra, La Academia sumó ayer su tercera victoria consecutiva por Superliga y la cuarta si se le suma la goleada por la Copa Argentina sobre Juventud Antoniana por 6 a 0. Y mejoró la imagen del debut ante Banfield, a su vez.
San Martín de Tucumán fue otro rival que perdía en la comparación a nivel individual, pero Central no fue el mismo de la primera fecha y funcionó con otro ritmo y otras variantes más interesantes en la parte ofensiva sobre todo. Más allá de esto, el técnico rosarino, que está viviendo un retorno bien dulce, no quiere regalar nada atrás y en esa búsqueda parece haber fortalecido el juego por arriba en ambas áreas. La excepción no menor anoche fue el cabezazo que Alejandro Altuna estrelló contra el travesaño cuando el Santo aprovechó un descuido rival en un tiro libre y estuvo a punto de dar la sorpresa de la tarde.
Además de recuperar después de una serie de lesiones a Néstor Ortigoza, uno de sus referentes en su paso por San Lorenzo, Bauza potenció el rendimiento de Fernando Zampedri incluso por encima de lo que aporta Marco Ruben, el referente por excelencia en Central. El ex delantero de Atlético Tucumán opacó a su compañero en este arranque, aunque el capitán demuestra que está dispuesto a correr y a chocar todas las veces que sea necesario si no le salen las cosas para llegar al gol, el oxígeno que necesita en el fútbol. Por ahora el ídolo canalla conserva el cariño del público en base a su sacrificio y a buscar otro lugar en la cancha para aprovechar lo que genera el entrerriano al retrasarse o desbordar.
Washington Camacho, quien ayer volvió a convertir por el torneo local después de un año exactamente, también se sumó a la lista de los que ganaron terreno a partir de la llegada del Patón. El uruguayo hizo todo bien por su lado y además del primer gol también combinó en forma acertada más de una vez con Alfonso Parot, quien coronó su buen partido con la asistencia a Fernando Zampedri para liquidar el pleito con los tucumanos.
Central no consiguió una goleada, pero tampoco dejó dudas sobre la superioridad frente a San Martín. Aunque se repitieron algunos errores por parte del arquero Jeremías Ledesma y Matías Caruzzo en la salida y a la hora de los cierres, hay que decirlo, La Academia rosarina puede jactarse de que le llegaron poco y nada en estos primeros compromisos de la temporada como base para seguir puliendo el funcionamiento de la última línea.
Para el debe en la cuenta final queda el funcionamiento de la dupla de Gonzalo Bettini y Federico Carrizo por la derecha, quienes fueron los más irregulares en una tarde casi perfecta para los hinchas que fueron al Gigante. Si bien al equipo todavía le falta mucho camino por recorrer, las primeras señales son bastante alentadoras en el marco de un campeonato que exhibe cada vez de forma más tajante la concentración del mercado y lo difícil que es reunir piezas valiosas para construir una idea de juego con continuidad. Central, por ahora, parece bien encaminado en ese sentido.
