Leonardo Marsilli es un chajariense que fue diagnosticado “con un tumor que sale en la columna”, de allí luego de intervenciones y tratamiento en Argentina, le afirmaron que el tumor “al estar muy cerca de la medula podía producir un daño irreversible y al no obtener resultados con lo realizado acá, necesitaba realizar una radioterapia con protones pero eso no se hace en nuestro país, sino en algunos lugares puntuales del mundo”.
Fue así como en su momento Tal Cual Medios publicaba que después de una campaña solidaria, Leo finalmente partía rumbo a Italia, donde por tener decencia el gobierno de dicho país a través de la Asociación Trentina también consiguieron dicho financiamiento.
“Cuando llegamos allá nos atendieron muy bien hicimos los primeros estudios, luego esperamos mes o mes y medio para prepararnos, ahí nos dieron la noticia de que el tumor había crecido mucho, tenía una pequeña metátesis y no se podía hacer el tratamiento sino que debía someterme a una cirugía”, comenzó narrando ante los micrófonos de Radio Libertad, Leonardo Marsilli.
En ese contexto es que lo enviaron a Bologna, “donde luego de los trámites de Visa y demás, llegamos y el médico afirmó que se podía hacer la cirugía pero había que pagar esa operación y otra vez la Asociación nos ayudaron a cubrir esos costos”, explicó el joven.
“Luego de operarme tuve un tiempo de recuperación, cuando estuve bien comenzamos de cero con los estudios, como si recién hubiera llegado a Italia; y cuando estuvo todo listo comenzamos el tratamiento recién, más precisamente el 12 de mayo”, comentó.
El entrevistado detalló que “por tres meses sigue actuando la radiación por dentro, luego tengo que hacerme estudios y enviárselo para ir evaluando los resultados finales. Lo que me explicó el médico es que este tumor no se reduce ni desaparece, sino que se encapsula, queda como congelado y lo que hay que controlar es que no crezca en absoluto”.
La experiencia de una madre que siempre acompañó
Mónica Marchesini, su madre, describió que “uno tiene las raíces italianas y si bien allá todo es distintos, las comidas, las costumbres son distintas; al mismo tiempo estábamos en una casa que alberga a personas con tumores como este y que van a hacer estos largos tratamientos, por lo que ese compartir hizo que no se extrañara tanto”.
Y agregó que “el impacto cuando no dijeron lo de la cirugía fue grande, tuve momentos de mucha angustia pero tuvimos mucha gente que nos acompañó y nos prestaron contención. Pero más allá de todo era lo que había que hacer y lo que fuimos a hacer. Gracias a Dios todo salió bien, puede hacer vida normal pero con algunos reparos”.
El futuro
Para finalizar, Leonardo sostuvo que recién está volviendo “todavía veo médicos acá, en Paraná; estamos viendo a los amigos y a la familia porque fueron ocho meses que estuvimos afuera. Necesito cerrar esto y luego empezar a volver poco a poco a la normalidad”.
A lo que su madre se sumó diciendo que “a Italia no tiene que volver más por esto, pero le quedaron las puertas abiertas por trabajo porque el cayó muy bien allá y hay gente muy buena. Ahora también tendré que rearmarme yo y será un volver a empezar”.
