En la noche de este miércoles recibimos en nuestra redacción un informe oficial de la Policía Federal Argentina, Delegación Chajarí, en la que se da cuenta de un importante operativo en distintos puntos de la ciudad, que comprendía controles automotores y de población, a fin de llevar seguridad a los ciudadanos del lugar en procura de continuar en la lucha contra el narcotráfico y delitos rurales.
Casi al mismo tiempo recibíamos la información de la experiencia vivida por un grupo de trabajadores de una conocida empresa de jugos instalada en el área industrial que fueron requisados por efectivos de la Policía Federal. Hasta ahí sería todo absolutamente normal, lo que realmente molestó de acuerdo a lo contado por testigos fue la forma descomedida y fuera de toda forma que utilizaron para el tratamiento con los 12 trabajadores que regresaban a las 22 horas a sus respectivos hogares para descansar.
Iluminaron sus caras con una linterna, fueron tratados descomedidamente, pidieron revisar sus mochilas y a uno de ellos que, desconociéndose la razón, lo bajaron de la camioneta, lo requisaron a escasos metros de sus compañeros, quizás por la “pinta de sospechoso” que podría demostrar un trabajador volviendo a descansar.
Recordemos que estos empleados vienen vestidos con su ropa de trabajo, todo de blanco, además pasan todos los benditos días por lo menos 6 veces por el mismo lugar, para transportar los distintos turnos de empleados que tienen actividad permanente en su planta.
Es absolutamente positivo que nuestras fuerzas de seguridad estén activas, en este caso en los ingresos a nuestra localidad, pero también debemos exigir trato absolutamente humano para quienes transitan regular o accidentalmente por dichos lugares y ser tratados como verdaderamente son: ciudadanos honestos que vuelven de su trabajo para descansar en su hogar.