Rosario Central rompió su racha sin victorias y consiguió su primera victoria en la Superliga. Puede calificarse de un premio excesivo, es cierto. Sin embargo este triunfo apaciguó la crisis futbolística que venía sufriendo el equipo rosarino en esta temporada, incluyendo la mala campaña en el torneo y la eliminación de la Copa Argentina que terminaron ocasionando la salida de Paolo Montero. Y le permitió a Leonardo Fernández -será el técnico hasta fin de año y con chances de extender su ciclo- arrancar con el pie derecho y justificar la renovación juvenil que hizo en la formación.
Para Talleres se acabó el invicto en Córdoba y el fin de una racha de seis fechas sin caídas. No lo merecía, sobre todo por su muy buen primer tiempo. En esa etapa inicial, el equipo de Frank Kudelka ratificó su aceitado nivel de circulación prolija, verticalidad ofensiva y fue un neto y claro dominador hegemonizando la posesión de pelota y terreno.
Desde las bandas -Leo Godoy por derecha, Olaza por izquierda- se encendían intenciones peligrosas. Y la zona central marcaba un pronunciado desnivel a favor de Talleres. Sólo faltaba la puntada final en el área rival. Pero Jeremías Ledesma (relegar a Diego Rodriguez fue una de las decisiones del nuevo técnico de Central) mostró firmeza y mucha personalidad. Y se lució tapándole un fuerte remate a Menéndez; del rebote probó Godoy y su derechazo salió desviado. Y cuando finalizaba la etapa Ledesma se volvió a lucir tapándole un mano a mano a Menéndez.
Además Talleres extraña a su goleador y figura Sebastián Palacios -está lesionado y a fin de año pasará a Pachuca, que compró su pase-, fundamental para los festejos en el arco de enfrente.
Central, a pesar de haber sido superado en el juego durante este primer tiempo, tuvo una chance muy clara: tiro libre conectado de cabeza por Zampedri dentro del área que se fue apenitas desviado.
El mal desempeño de Jorge Baliño cortando el juego y no sancionando con tarjeta faltas, como las de Ferrari al movedizo Joao Rojas también desubicaron a Talleres.
En el segundo tiempo Central no levantó ni tampoco encontró la forma de inquietar con frecuencia. Pero se dio el gusto de celebrar. Una excelente maniobra personal de Federico Carrizo, que había tenido escasa incidencia hasta ese momento, y la habilitación desde la punta derecha para que Zampedri apareciese sólo por el segundo palo, ante el estatismo de Herrera, y ratificase su vigencia goleadora como un animal de área. No hizo demasiado más Central. Su otra llegada del segundo tiempo también estuvo cerca:un tiro libre de Gil que pegó en el poste.
Talleres sintió el impacto del gol de Zampedri y se quedó sin reacción. No reiteró lo bueno del primer tiempo ni ejerció tanto dominio. Dos zurdazos de Olaza, uno de afuera con otra gran respuesta de Ledesma y un tiro libre en el palo no alcanzaron para aguantar el invicto en casa.
