El sueño comenzó a taparle las ideas justo cuando él recibía el último cariño familiar. Era hora de pasar por el quirófano, era hora de jugar otro partido en el que sus goles no estaban por entrar en discusión. Tampoco podía hacer nada más que esperar, dormir, despertarse cumplido el efecto de la anestesia y volver a empezar. “Estoy bien”, saludó Fernando Zampedri, luego de pasar por el bisturí del doctor Jorge Batista, en Buenos Aires.
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Es decir, la operación del menisco interno de la rodilla izquierda del goleador de Atlético quedó cero kilómetro; una autopista. “Estoy bien, algo dormido aún por la anestesia, pero bien”, repitió el hombre que le regaló esta temporada 16 alegrías a los hinchas, entre Copa (5) y torneo local (11).
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Desde las redes sociales o vía mensajes de texto, Zampedri recibió una catarata de buena onda. El planeta “decano” acompañó al delantero al quirófano donde fue intervenido. El pueblo “decano” en su totalidad le envió fuerza, antes durante y después de la operación.
Pasadas las 16.40 de ayer, Zampedri ya se encontraba en la habitación de la clínica de Batista. Allí, su entorno lo esperaba para recibirlo e iniciar una nueva etapa. “Es la primera vez que Fernando sufre una lesión así. Por suerte no es nada, así que te afirmo que en 30 días volverá a estar nuevamente jugando al fútbol”, comentó el manager del artillero de Atlético, Gabriel Federico. Al empresario le sobra fe para creer que Zampedri volverá rápido a bailar con sus compañeros de plantel.
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No fue nada difícil la intervención. Duró entre 30 y 60 minutos. Un trámite. Lo que sigue ahora es cuidar a Zampedri, que se quedará al menos hasta mañana en la clínica donde fue tratado.
Luego se retirará el vendaje de la rodilla y se realizará la primera curación. Nada del otro mundo. El mismo sistema se llevará a cabo hasta que los puntos de las heridas se caigan por sí solos. Ocurre alrededor de entre dos a cuatro semanas de tiempo.
