El ajuste llegó a la UCA, levantaron una cátedra

28-02-2017 Paraná | Actualidad

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Insólito. El docente Ángel Luis Moia, docente en la Universidad Católica Argentina (UCA) Subsede Paraná, dio a conocer una noticia lamentable: la casa de altos estudios borró de un plumazo la cátedra Introducción al Derecho en las carreras de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, “debido a la necesidad de racionalizar las cátedras existentes y al número de inscriptos”. El entrecomillado responde a un correo que envió el licenciado Gustavo Tarragona, director de ambas carreras en la Facultad Teresa de Ávila, a los docentes que la dictan. La decisión, aparentemente, fue una solicitud realizada por las autoridades de Buenos Aires.

Un simple correo electrónico es, en la UCA Paraná, el modo por el cual se comunica una decisión que debería llevar un debate, como es la supresión de una cátedra. No se está modificando un horario de mesa de exámenes, se está reformando un plan de estudio.

El intercambio de e-mail siguió luego de la noticia que recibió Moia, quien estuvo al frente de Introducción al Derecho durante trece años. De los textos se desprende un dato no menor. La modalidad de suprimir cátedras por la supuestas crisis de la Universidad no es nueva. “Aún no salgo de mi asombro por la poca seriedad del trato. Tampoco entiendo cómo dos salarios docentes equilibrarían el estado de la Universidad, con lo que los mismos representan en el modo de liquidarlos que tiene la UCA”, sostuvo el abogado de Paraná en una de las correspondencias electrónicas a Tarragona. Y le agrega que no le sorprende la actitud, ya que hace seis años le sacaron la cátedra de la misma manera y por el mismo motivo.

“En aquella ocasión me dirigí directamente al entonces decano (Luis Anaya). Especialmente para consultarle cuáles eran las razones de esa decisión y cuáles eran esos enfoques. Me contestó con la firmeza de la decisión tomada, pero sin razones ni precisiones. Lo único que me reconoció es que, quizás, no había sido el medio idóneo. A renglón seguido me dijo que Eduardo Sodero había faltado algunas clases, las que yo había cubierto. Esto me extrañó más, ya que era consciente de que sabía que las faltas se debían al acompañamiento de Eduardo a su padre, en tratamiento por una dolorosa enfermedad. Con presbiteral caridad me señaló que eso abonaba la decisión. Ahora Eduardo Sodero tendría más tiempo para atender a su padre”, relató, irónico, Moia.

Para el abogado, “valdría la pena en cuestiones académicas dejar de lado las costumbres de entre casa y darle la seriedad que la Universidad y la relación con los docentes merece. Digo, para que el sentido humanista y personalizado sea una realidad y no una declamación publicitaria”.

La Cámara Nacional del Trabajo condenó en 2006 a la UCA a pagar más de $200.000 a un profesor que se consideró despedido ante la negativa de tareas. Si bien la demandada afirmó en sus escritos que el contrato era por plazo fijo, en el telegrama enviado por ella misma reconoció que se trataba de un contrato por tiempo indeterminado.

Autor: Oscar Arnau
Fuente: Página Judicial

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