Recibir dos goles en los 23 minutos iniciales no es un golpe del que muchos puedan recuperarse. Si a eso se le suma que Estudiantes venía de dos derrotas consecutivas, el arranque del juego en el Bajo Flores hacía suponer que iba a terminar en goleada de Riestra. Pero, sorpresivamente, llegó a favor del que peor la estaba pasando: luego del segundo tanto rival, el Pincha reaccionó rápido, fue un verdadero vendaval y terminó llevándose un triunfazo 5-2.
El Blanquinegro, que venía agrandado por sus tres victorias consecutivas, salió a jugar a tono con su andar reciente y golpeó por duplicado cuando el rival aún estaba acomodándose. De la mano de Ortiz y Bravo, ambos de un maravilloso presente, el conjunto de Benítez se puso en ventaja con dos golazos. Primero, los dos chiquitines se juntaron para habilitar a Herrera y minutos después el 6 asistió mágicamente al 10 para poner el 2-0 parcial, que parecía lapidario para la visita. Se esperaban cuatro o cinco goles más del local, pero no todo es lo que parece…
Apenas dos minutos después, el Matador empezó una remontada memorable. En dos desatenciones de la defensa local, Contreras y Butaccio establecieron el empate antes del entretiempo. Ya en el ST, siguió la lluvia de goles liderada por Juan Manuel Torres, figura de la tarde: generó el tercero con un centro picante que Lamacchia metió en su propio arco y marcó el cuarto con una buena definición.
Sobre el final, con Riestra completamente desarmado, Passerini puso el 5-2 luego de una gran jugada individual y ya fue todo sonrisas para Estudiantes, que dejó claro que un par de golpes no son suficientes para tumbarlo. Sí, el equipo de Guillermo es Duró de matar…
