Federico Bruno nació en Concordia y comenzó a sentir calambres cuando le faltaban siete kilómetros para completar la maratón en los Juegos Olímpicos. La terminó trotando de costado, entre lágrimas, pero feliz por haber llegado a la meta.
El atleta Federico Bruno sufrió problemas en sus isquiotibiales cuando le faltaban más de siete kilómetros para completar la maratón masculina en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y tuvo que terminar la prueba trotando de costado, rengueando. «Tenía que llegar como sea. Cumplí un sueño», aseguró entre lágrimas.
Nació en Concordia y es el mejor atleta argentino en pista: tiene el récord de 1500 metros. Llevaba años soñando con ir los Juegos Olímpicos y se preparó en maratón como oportunidad para llegar.
En esta ocasión, se dio cuenta de sus problemas, según contó, a partir del kilómetro 30, cuando todavía le quedaba mucho tramo para finalizar los 42 kilómetros de la prueba que partió desde el Sambódromo y terminó en el mismo lugar. Por eso, y para intentar soportar el intenso dolor, eligió trotar de costado durante la última parte, por lo que su llegada fue una de las más emotivas de la prueba madre del olimpismo.
«Para ser olímpico tenés que llegar. La cuestión era arribar a la meta. Trataba de hacer una buena marca pero los calambres me afectaron en todos lados. Tenía acalambrada hasta la boca, pero lo pude hacer», dijo tras la maratón.
Asimismo, expresó que «otro capaz que en mi lugar hubiese abandonado pero yo preferí llegar, a pesar de que el cuerpo no quería eso, quería que pare, pero mi cabeza quería llegar. Agradezco a todos los argentinos que me acompañaron, mil gracias a la ciudad de Concordia».
Luego aseguró que no volverá a correr maratones e indicó que «volveré a la pista, tengo muchas ganas de volver al 1500».
Los números, en este caso casi anecdóticos, marcaron que Bruno completó la maratón de dos horas, cuarenta minutos y 5 segundos, quedando en el puesto 137º.
