Luchemos por la foto de la política y no la política de la foto por Oscar Arnau

04-06-2015 General | Opinión

Los tiempos políticos se acotan y los nervios comienzan a crisparse. Los cierres que no se dan y quedan 15 días para cerrar listas, a escasos siete días para conformar alianzas, hacen que hoy los dirigentes políticos y los “nuevos” políticos devenidos en candidatos muy jóvenes estén en la vorágine de las “negociaciones” de lo posible.
Vemos cada escenario, que al más compiscuo  militante que peine canas, cualquiera sea el partido, se ruborizaría ante tanta desfachatez para reunirse, hablar de objetivos compartidos, cuando durante toda la vida se “ladraron” y hoy solamente persiguen la consecución o el asalto del poder por el poder mismo: ese proceso a la sociedad no le sirve para nada.
Prácticamente ha desaparecido de la política, no solamente la local, el criterio de militancia, ese cara a cara que todo político necesitaría para convencer a mi conciudadano que mi proyecto es mejor que el otro, se ha desmadrado la mala utilización de la foto como único artilugio y herramienta para demostrar a la sociedad que estamos “al lado de la gente”, cuando muchos sabemos que se sacan la foto y hasta les molesta una pregunta, un opinión y ni hablar de un pedido ante una necesidad. Estamos transitando la Política de la foto cuando deberíamos defender la Foto de la política.
Muchos están preocupados cual será el  cargo que ocuparán en el 2015, muchos están negociando a cara descubierta y sin tapujos apoyos y renuncias, votos y nombres para ubicarse en una carrera que tiene muy pocos ganadores al final de la jornada y que por lo que se ve será una multitudinaria maratón “proselitista” que nadie casi entiende o digiere.
Bienvenido Política, es lo que realmente debe suceder, un país vacío de política no tiene futuro ni esperanza. Pero esto no nos debe llevar al equívoco: POLITICA se escribe con mayúscula, con sangre , sudor y lágrimas y no como hoy en donde  vastos sectores disfrazados de “peones de la política al servicio de la gente”  no son otra cosa que “patrones de estancia” que exhiben hacia la sociedad una llamativa moralina en defensa de sus espurios intereses que siempre defendieron: el toma y daca, mercenarios y mercaderes que en estos tiempos de  tranqueras abiertas para la ilusión aparecen como primeros actores nefastos de un futuro que nos negamos a suscribir.
Ojala, cada uno, con sus creencias y subjetividades que nos hace disímiles y únicos, sepamos despejar la paja del trigo y elegir a los verdaderos hombres y mujeres que hacen de la dignidad una forma de vida, y de la sinceridad una entrega permanente.
 
 

Autor: ingenio