La proliferación de estas aves en Chajarí hace que- para algunos- sea un atractivo tenerlos como mascotas; la recomendación de los profesionales es evitar esta práctica por los riesgos para las personas.
En su visita a los estudios de Radio Libertad el profesional de la salud animal comentó, “una recomendación a los vecinos es que eviten comprar o adquirir un loro, piensen que la psitacosis es una enfermedad infecciosa transmitida por la materia fecal de los loros; estos pájaros son portadores de la enfermedad, o sea, son un portador sano de la enfermedad que pueden contagiar psitacosis a la gente. Si te vas a la plaza y hay loros en la plaza tendría que ser mucha casualidad o vos tendrías que estar muy debajo de ellos para que defequen pero si puede pasar si uno lo tiene en su casa”.
“Hemos estado hablando con colegas y sabemos que en estas fechas, hay inescrupulosos que te van a vender un loro (que encima es ilegal porque es un tráfico de animales), que luego hay que criarlo de una forma muy particular, con una jeringuita, dándole de comer en el pico, para qué sea muy mansito. Ahora, ese loro estresado por el manipuleo, estresado por el viaje, estresado porque se lo sacó de su nido y de sus congéneres va a romper el equilibrio y va a eliminar más cantidad de patógenos y justo en ese momento va a estar más en contacto con la persona (…) entonces lo lógico sería que rompamos con esta cultura de tener el lorito en la casa, no es un animal apropiado, no es una mascota para tenerlo en la casa”, consideró el Veterinario.
Consultado por la presencia de estos loros en Chajarí, el entrevistado mencionó, “los loros que se ven son la cotorra argentina, que es el lorito verde, ellos tienen un aumento de la población importante y es un animal que se reproduce muy fácil. Hay que tener en cuenta que cuando un loro hace su nido en una altura a la que no tiene predadores se reproduce y se multiplica, no ocurre así cuando los predadores pueden acceder a ellos, una comadreja o un hurón o un carancho; ahí hay una regulación de cantidad de los que nacen y los que mueren”.
Finalmente continuó manifestando, “la deforestación también hace que los loros migren, entonces empieza a ver mucho más cantidad y empiezan a invadir zonas urbanas, basta con irse a La Plata o Córdoba para ver la cantidad de loros que han invadido las distintas zonas, cuando en realidad deberían estar en otros lugares”.