Gracias Maestro….por Pedro Báez

13-04-2015 General | Opinión

Es casi una paradoja la muerte de Eduardo Galeano en estos días, sobre la realización de la Cumbre de las Américas, con el regreso de la heroica Cuba a la misma, y el quiebre del nefasto bloqueo yanqui a la isla.
 
Porque nadie como Galeano desde la literatura y particularmente en “Las venas abiertas de América Latina” -que formó a las generaciones militantes revolucionarias de los ’60 y ’70 y aún a los que vinimos después en toda la región- reveló y denunció los mecanismos de dominación y explotación de las poblaciones y riquezas de las naciones latinoamericanas, en manos de las potencias imperiales. Fue un defensor de la revolución cubana y a su vez parido por la misma. Eduardo fue atravesado por todas las energías que desató la revolución en el campo del pensamiento, la cultura y la política en Suramérica y el mundo.
 
Galeano, que fue un activo militante contra el bloqueo a Cuba, pero que también acompañó la experiencia de Salvador Allende en Chile, del sandinismo en Nicaragua, el Farabundo Martí en el Salvador y alentó siempre los movimientos de liberación en nuestras tierras, pudo ver al fin de sus días cómo la perseverancia del pueblo cubano se impuso sobre la asfixia a la que lo sometió el imperialismo estadounidense. Pero algo más: pudo ver en sus queridas tierras del sur del río Bravo, cómo florecen gobiernos populares que dan lugar a los deseos históricos de emancipación de sus pueblos y culturas; cómo se echó por tierra el ALCA, por ejemplo. Y ahí tenemos el gesto simbólico del Comandante Chávez entregándole un ejemplar de Las Venas Abiertas a Obama, un signo de la rebelión de los humildes del Sur ante el dominador.
 
Eduardo Galeano era un auténtico rioplantense, en el sentido de Artigas y de su proyecto político. Un hermano nuestro que vió en Néstor un líder latinoamericano y se identificó con el proceso político desplegado en Argentina desde el 2003.
 
Por eso, su partida en estos días resulta paradójica, cuando más condiciones disponía para disfrutar por todo lo que había bregado en su compromiso intelectual. O más bien, quizá decidió partir, porque desde la literatura, consideró su obra, su mensaje y su lucha, consumados. Gracias Maestro, con sus libros nos formamos y por ellos podremos soñar hasta el último día que un futuro mejor es posible.
 
Pedro Báez
Ministro de Cultura

Autor: ingenio