A decir verdad, Chajarí y sus ciudadanos, no practican muy seguido la sana costumbre de reunirse, sin diferencias de ningún tipo, para discutir con sus autoridades decisiones que ellas quieren tomar y que a conciencia de los propios vecinos no es “ni necesaria ni prioritaria”.
La convocatoria de este lunes en el Gimnasio del Instituto San José dejó varias reflexiones a futuro que es saludable relevarlas para tratar de entender más minuciosamente las circunstancias.
- Las autoridades del Municipio local (llámese a Intendente, Funcionarios y concejales) asistieron al encuentro “sin ningún elemento o herramienta anexa” para explicar de manera más contundente y gráfica del Puente Bajo Nivel. Más aun conociendo de antemano que la convocatoria era “informativa” básicamente, lo que aquellos “elementos o herramientas” ayudarían a entender mejor brillaron por su ausencia.
- Quienes conocemos “las actitudes y los rostros” de funcionarios en general, la situación les fue altamente incómoda, con actitudes que denotaban “enojo” al momento de enfrentar preguntas y dudas.
- Los vecinos fueron a escuchar explicaciones y llama mucho la atención que el propio Intendente Galimberti tomo sobre sí el 90% de las contestaciones, lo que da a entender que se intentaba “una explicación política”, cuestión que quedó a medio camino ya que NO SE EXPLICÓ NI POLITICA NI TECNICAMENTE.
- Por el lado de los vecinos fueron tan simples como contundentes: ¿qué necesidad tenemos de esta obra ahora, previendo el clima postpandemia, la situación económica y lo inoportuno de esta obra? No hubo respuesta a esta pregunta solamente una tibia contestación del Intendente “todo se puede volver para atrás” aunque sonó a frase de oportunidad sin la contundencia del convencimiento.
- Los concejales (excepto Borghesan, Pizzio y Sirtori) “no hablaron” lo que denota dos cosas: o votaron en desacuerdo la ratificación de este convenio o no pudieron sobrellevar la presencia de sus representados pidiendo explicaciones.
- Ante la “defensa oficial” de que no “le saldrá un peso al Municipio”, una vecina dijo con simpleza extrema “la nación somos todos” por lo tanto la remanida frase inicial queda totalmente desdibujada ya que nosotros también aportamos a la obra.
Es cierto que hubo muchas preguntas del punto de vista técnico que lógicamente quedaron “sin respuestas” porque esta información se confirmará cuando haya oferentes.
La pregunta “del millón”, aunque no tuvo respuesta, es ¿Qué amplitud de maniobrabilidad tiene Pedro Galimberti en su DECISIÓN POLITICA de dar marcha atrás a una obra que, por lo que todos intuyen, es INNESARIA, IMPROPIA Y FUERA DE TODA OPORTUNIDAD?
El tiempo será testigo, pero lo altamente positivo es que LOS VECINOS ESTAN ALERTA.