Se trata del chajariense Neri Jorge «Chito» Espíndola de 53 años. La pena fue resuelta por unanimidad en el marco de un juicio oral. Los fiscales Federico Grimberg y Bárbara Ilera representaron al MPA en el debate.
Un hombre de 53 años identificado como Neri Jorge Espíndola fue condenado como autor penalmente responsable de delitos contra la integridad sexual de una menor de edad. Así lo dispuso por unanimidad el tribunal pluripersonal integrado por los jueces Sergio Carraro, Rosana Carrara y Leandro Lazzarini en el marco de un juicio oral que finalizó el lunes por la tarde en los tribunales de la ciudad de Santa Fe.
“Espíndola fue condenado como autor de abuso sexual con acceso carnal agravado, en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores agravada. En los dos delitos, la agravante fue por la convivencia preexistente con una menor de 18 años y por la guarda”, precisaron los fiscales Federico Grimberg y Bárbara Ilera, que representaron al MPA en el debate.
16 años
“Los jueces resolvieron en línea con lo que planteamos en los alegatos y condenaron a Espíndola por los mismos delitos y las mismas agravantes que endilgamos desde la Fiscalía”, manifestó la fiscal Ilera tras la lectura del veredicto. Asimismo, manifestó su conformidad con la resolución de los magistrados y destacó que “la madre de la víctima fue informada del resultado del juicio y ella también expresó su conformidad y agradecimiento”. “Aguardaremos los fundamentos de los magistrados para analizar los motivos por los cuales resolvieron de la forma en la que lo hicieron”, indicaron los fiscales. Por otra parte, los funcionarios del MPA recordaron que la fiscal Mariela Jiménez participó de la investigación de los hechos ilícitos.
Durante siete años
Grimberg señaló que “los ilícitos ocurrieron en diversos domicilios de la ciudad de Santa Fe durante siete años”. Precisó que “fueron entre 2010 y 2017, mientras la víctima cursaba su escolarización primaria y durante los primeros de la secundaria”. Por su parte, el fiscal indicó que “Espíndola era una persona allegada a la familia de la menor y con frecuencia quedaba a su cuidado”. En ese marco, “el hombre aprovechaba la confianza del círculo íntimo de la niña para agredirla sexualmente y la manipulaba para que guardara ‘secreto’ sobre sus padecimientos”, aseguró. Grimberg planteó que “la investigación comenzó a raíz de una denuncia radicada por familiares de la víctima, quien logró contar lo sucedido ante el temor de que sus hermanos sufrieran lo mismo que ella”. Al respecto, agregó que “tanto la menor como su grupo familiar resultaron afectados por la conducta aberrante de Espíndola”.
