Camionero insultado en Paso de los Libres. ‘Tiene la peste’, le gritaba la policía cuando leyeron que pasó por Chajarí

04-06-2020 El País | Actualidad

camion

Sergio es camionero, tiene 47 años y trabaja desde los 18 transportando mercadería en la ruta, pero este martes le tocó vivir en carne propia lo que muchos trabajadores del sector manifiestan desde que comenzó la pandemia por el coronavirus. “Nunca en la vida me basurearon así”, dijo el hombre a Diario Junio. “Ahora estoy más tranquilo, pero ayer quedé paralizado. Me puse a llorar de la bronca y hasta me sangró la nariz. Nunca me hicieron sentir así”. A Sergio lo detuvieron en el ingreso a Paso de los Libres, le tomaron la fiebre – 35.8° – y le pidieron el permiso de circulación en el que detallaba que había estado previamente en Concordia, Federación y Chajarí. “Cuando los policías vieron que decía Chajarí tiraron los papeles al piso y empezaron a gritar que ‘tenía la peste’, me hicieron encerrar en el camión mientras me insultaban y tiraban desodorante al aire y encima mío. Fue terrible. Yo estaba tan irritado que hasta una mujer policía vino llorando y se disculpó por ellos. Me tuvieron ahí encerrado y alejado como por una hora y cada vez que se acercaban, era para insultarme. Fue terrible, me trataron peor que a un perro”, resumió.

Desde que se decretó el aislamiento social y preventivo por el COVID, los argentinos tenemos que presentar un permiso de circulación en los puestos camineros de la ruta y el detalle del lugar de procedencia en el acceso a cada localidad, además por supuesto del control de fiebre. Pero la situación de los camioneros se recrudece por el constante ingreso y egreso a las diferentes provincias, la manipulación de mercadería, el contacto con terceros y las paradas en estaciones de servicios y comedores, lo que hace imposible sostenerles un seguimiento sanitario. En consecuencia, y así como sucedía antes con quienes regresaban del exterior, hoy los camioneros están en el ojo de la tormenta y son el foco de atención (y repudio) de controladores y ciudadanos.

Apenas más tranquilo y “con el cuerpo aún dolorido por los nervios y la tensión”, Sergio relató lo vivido en el ingreso a la localidad correntina de Paso de Libres, cuando cumplía su jornada laboral: “Después de pasar los dos primeros puestos, en donde me tomaron la fiebre e hicieron completar los papeles de siempre, llego al último y ahí empezaron los problemas: un policía me pide la autorización, ve que tengo 35.8 de temperatura y lee la declaración jurada, se va y vuelve con un inspector municipal que me pregunta si había estado en Concordia y Chajarí, cuando le digo que sí y que eso estaba escrito, tiró los papeles al piso y empezó a gritar ‘este tiene la peste’. Enseguida comenzó a echar aerosol por el aire y encima mio mientras me insultaban. Me quise bajar del camión pero no me dejaron, me obligaron a quedar encerrado con los vidrios altos y estuvieron así como una hora. Después me dejaron como a 100 mts del control y cada vez que pasaban por al lado me insultaban y tiraban el aerosol”.

Todavía con la voz entrecortada, Sergio siguió su relato: “Tenía tanta impotencia y estaba tan irritado que de la bronca me puse a llorar. Me quise bajar del camión para ir al puesto, pelear y putear, pero una policía que estaba ahí me calmó y también llorando me pidió disculpas por sus compañeros. Pensé en mis hijos y que si hacía algo me iban a llevar preso, secuestrar el camión y labrar un acta, por lo que no iba a poder seguir trabajando. Estaba tan tensionado que me dolía el cuerpo. Mientras tanto, ellos hablaban unos con otros, me miraban, hacían burlas, gestos e insultos. Estaba tan nervioso que no podía siquiera marcar el teléfono a los dueños de la mercadería para explicar que no me habían dejado entrar. Nunca me trataron tan despectivamente”, recordó.

Finalmente, Sergio logró salir de allí alrededor de las 21 y continuó en la ruta hasta que pudo parar en un lugar, calmarse y limpiarse la sangre que le salía de la nariz, “me sangró de la locura que tenía”, bromeó. Después siguió viaje hasta la localidad de San Francisco, Córdoba y llegó a su casa. Allí reflexionó: “Nosotros trabajamos de esto y somos quienes llevamos y traemos todo lo que la gente tiene en su casa. Aunque hubiera tenido fiebre, aunque hubiera estado contagiado, creo que esa no es la manera de tratar a nadie. Son ignorantes, no saben cómo actuar y entonces te insultan. Pero espero que esto no le pase a nadie más y menos a un compañero. Amo esta profesión y le pongo el pecho todos los días a este trabajo aún con los riesgos que implica y que te puedo asegurar, son muchos más que el coronavirus”, concluyó.

Autor: Oscar Arnau

Comentarios

Marcos
2020-06-05 07:08:50
"los reyes de la ruta" venían haciendo lo que querían, nadie los paraba en ningún lado y se regocijaban con eso, incluso traían gente de Buenos Aires. En la entrada a Chajarí controlaban a todos, menos a los camioneros, ni iban al hospital. A Chajarí el virus llegó en camión y a Mocoretá llegó desde el mercado central. Ahora aguantarsela, como todos
ISABEL
2020-06-05 08:08:39
me hizo llorar Sergio . Deseo que Dios lo llene de bendiciones y Ud. y su familia tengan una buena vida .
Marlene
2020-06-05 08:55:53
Algún día los medios tendrán que hacerse cargo de la locura en que nos metieron. El pánico iba a generar esto. Mi solidaridad con todos los camioneros laburantes.