Integrantes de NAR-ANON Buenos Aires visitaron Chajarí y dialogaron con Tal Cual

19-10-2019 Chajari | Sociedad

 

nara

 

Los grupos familiares de NARANON son una confraternidad constituida por familiares y amigos de los adictos que comparten sus experiencias, fortaleza y esperanza de solucionar el problema que tienen en común y ayudar a otras personas que se encuentran en la misma situación.

Graciela y Silvana, provienen de Buenos Aires visitando Chajarí, acompañando a hijos, esposos, adictos a las drogas, este jueves por la tarde contaron sus experiencias personales ante los micrófonos de Tal Cual Medios.

Para iniciar fue Graciela quien dijo, “vivo en Capital Federal, estamos de visitas y somos miembros de Naranon (organización sin fines de lucro y confidencial que ayuda a familiares) tiene más de 90 grupos en el país que se dedican a ayudar de forma gratuita a familiares y amigos de adictos a las drogas, si una persona siente que tiene un familiar adicto y esa problemática los afecta pueden asistir a estos grupos donde se apoyan mutuamente y se sobrelleva esta problemática”

Sobre que significa tener un familiar adicto, Silvana explicó, “en mi caso es mi esposo, lo conocí de muy joven y convivimos mucho tiempo, estuve 18 años de matrimonio sin darme cuenta de que el consumía, yo sentía cosas que no eran comunes y no sabía porque, hasta que llegue a Naranon y me hicieron ver las experiencias que había y  como poder convivir y acompañar a este familiar y como cambiar en mis actitudes para convivir con él, mi esposo fue el que me dijo que consumía, él fue a Narcóticos Anónimos y al lado estaba Naranon y ahí comencé a entender esta enfermedad”.

Y a su testimonio agregó, “allí encontré muchas respuestas para tener un mejor vínculo con él y una mejor vida yo, había perdido el sano juicio, no sabía que estaba bien o mal, y nunca habíamos ido a ningún profesional y mis compañeros que me abrazaron desde el primer día hicieron  quedarme y seguir asistiendo, los dos estamos en recuperación (cada uno en la suya) pero es muy importante que el familiar acompañe, solemos ser facilitadores o controladores que uno los reconoce como defectos una vez que estas dentro”.

A su turno Graciela contó su experiencia personal , “llego a Naranon por el consumo de mi hija, era menor, yo era una persona bien informada (no desconocía nada de estas cosas) pero existe algo que se llama negación y a todos nos atraviesa de formas diferente, el adicto puede disimular todo o pedir a ayuda; yo no necesité verla consumir, vi cambios de actitudes (como el abandono de su persona, la relación, problemas en el colegio) y estos cambios fueron influyendo al punto tal que la docente no me quería decir porque notaba algo ella también; pero hay que entender que cuesta mucho que un profesional arriesgue a decirle a uno sobre la situación,  uno como padre muchas veces no ve las cosas claras, nosotros queríamos internarla y ella estaba en tratamiento y me dijeron que la veían (a mi hija) en el mejor momento, pero para mí nada era claro y no era así”.

Continuando con su relato luego expresó, “muchas veces no se cuenta porque nos hacen responsables de lo que pasa, nos juzgan y es por esto que ayudan mucho los grupos; fui a un lugar donde había gente que le pasaba lo que a mí y lo podían resolver, a partir de ahí se ve que hay opciones y que uno no es culpable, se puede ver que esto no es para resignarse, es una enfermedad en la que los chicos se recuperan”.

Graciela sumó a lo dicho anteriormente, “aprendemos que no somos culpables sino responsables, sigo viviendo con mi marido y tengo mis hijos y convivo con ellos gracias al programa y a los grupos porque aprendí a convivir y no crear conflictos con mejor comunicación”.

Finalmente sobre las alerta a tener en cuenta una de las entrevistadas explicó, “los consumos son distintos, las relaciones también por lo cual siempre es particular, en mi caso era una menor escolarizada, con buen rendimiento académico cosa que cambió a repetir de año, cambió el carácter, no se quería bañar, todos indicios que hacían notar algo; y yo lamento no haber ido antes a Naranon ya que no hubiese tenido la crisis que tuve”.

 

Cronista: Edgardo Dallacamina

Autor: Nicolás Bengoa
Fuente: Tal Cual

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